Mientras el gobierno nacional impulsa el nuevo régimen electoral, en la provincia de Buenos Aires se intensifica un debate clave: si las elecciones provinciales deben coincidir con las nacionales o desdoblarse para que los bonaerenses puedan discutir su destino sin el ruido del escenario nacional.
El calendario electoral, lejos de ser una hoja técnica que marca fechas y vencimientos, se ha transformado en una herramienta política de alto voltaje. En la provincia de Buenos Aires, donde se concentra el 37% del padrón electoral nacional, cada decisión sobre cómo y cuándo votar puede redefinir estrategias, liderazgos e incluso proyectos de poder.
En ese contexto, el debate sobre la continuidad de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y el posible desdoblamiento de las elecciones provinciales respecto de las nacionales ha ocupado el centro de la escena en las últimas semanas. Las tensiones internas del oficialismo, el creciente reclamo de los intendentes y las contradicciones en las señales del gobernador Axel Kicillof convierten a esta discusión en una verdadera puja por la autonomía política de la provincia.
PASO en duda, elecciones en disputa
El gobernador Axel Kicillof firmó el Decreto 367/2025 convocando a las PASO bonaerenses para el 13 de julio. Sin embargo, ese paso formal convive con un proyecto legislativo impulsado por sectores kirchneristas, que propone suspender las PASO por única vez en 2025 y reemplazarlas por elecciones “concurrentes”, es decir, que se realicen el mismo día que las nacionales pero con boletas y sistemas separados.
La iniciativa, presentada por la senadora Teresa García, generó una fuerte reacción tanto en el interior del oficialismo como en sectores de la oposición. La posibilidad de utilizar dos modalidades de votación (la boleta única de papel a nivel nacional, recientemente incorporada, y la tradicional boleta sábana en la provincia) plantea un escenario de complejidad operativa sin precedentes. “Generaría confusión en los votantes, afectaría la transparencia del proceso y atentaría contra la institucionalidad”, argumentan quienes se oponen al esquema concurrente.
Intendentes en pie: la voz del territorio
Lejos del microclima legislativo, los intendentes bonaerenses —tanto del peronismo como de la UCR y sectores independientes— han tomado la palabra con fuerza. Más de 70 jefes comunales firmaron en las últimas semanas una serie de documentos solicitando al gobernador que convoque a elecciones provinciales y municipales en una fecha distinta a la de los comicios nacionales.
El argumento central es claro: el desdoblamiento permitiría discutir en profundidad los problemas de la provincia, sin que el ruido de la coyuntura nacional eclipse las demandas locales. Entre los firmantes figuran dirigentes como Julio Alak (La Plata), Mario Secco (Ensenada), Guillermo Britos (Chivilcoy), Cecilio Salazar (San Pedro) y Alejandro Acerbo (Daireaux), entre otros. Llamativamente, también se sumaron los 27 intendentes radicales, que en un gesto de madurez institucional, apoyaron el pedido de desdoblamiento y la suspensión de las PASO.
En total, 71 intendentes de los 135 que tiene la provincia avalan esta propuesta. La lista incluye a referentes del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), el espacio político que lidera el propio Kicillof, pero también a intendentes de espacios ajenos al oficialismo. La amplitud del respaldo refleja una preocupación compartida: la necesidad de fortalecer la discusión provincial en un contexto de creciente incertidumbre institucional.
Javier Martínez: “Hay que discutir la provincia que queremos”
Uno de los intendentes que expresó públicamente su respaldo al desdoblamiento es Javier Martínez en una entrevista reciente con Zona Norte Hoy, fue contundente:
“Si podemos discutir los problemas de los bonaerenses, dividiéndolos de la discusión nacional, nos puede hacer bien. Ver cómo se resuelve el tema de la seguridad, la educación pública y la descentralización territorial. Si analizamos de forma autónoma la provincia que queremos, nos puede hacer bien, y para eso deberíamos tener una elección desdoblada de la nacional” “Si podemos discutir los problemas de los bonaerenses, dividiéndolos de la discusión nacional, nos puede hacer bien. Ver cómo se resuelve el tema de la seguridad, la educación pública y la descentralización territorial. Si analizamos de forma autónoma la provincia que queremos, nos puede hacer bien, y para eso deberíamos tener una elección desdoblada de la nacional”
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Martínez, además, sembró dudas sobre las motivaciones del gobernador: “No sé si a Kicillof le conviene políticamente discutir los temas de la provincia, ya que la administra desde hace tiempo y no lo ha hecho bien”, disparó.
Su postura no es aislada. Otros intendentes del PRO, como Gilberto Alegre (General Villegas), Sergio Bordoni (Tornquist) y Guillermo Britos (Chivilcoy), también adhirieron al reclamo, reforzando la transversalidad del pedido.
La propuesta de desdoblar las elecciones no sólo marca un quiebre con Nación, sino también al interior del oficialismo bonaerense. La presentación del proyecto para suspender las PASO por parte del sector más cercano a Cristina Kirchner desató una tormenta interna que puso en tensión los canales de diálogo entre La Cámpora, el Frente Renovador y la Gobernación.
Durante la última semana, los encuentros entre Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa se sucedieron en un clima de creciente tensión. Mientras tanto, referentes de Patria Grande —como Juan Grabois, Ofelia Fernández y Natalia Zaracho— salieron a rechazar el desdoblamiento con una dureza inesperada: “La provincia debe ser parte de la lucha nacional contra el saqueo”, afirmaron en un comunicado. La respuesta fue medida pero firme: “La decisión está en manos del gobernador”, les replicó el entorno de Kicillof.
En este contexto, el mandatario busca mantener el equilibrio: escucha a los intendentes, pero no rompe con el kirchnerismo; deja abierta la posibilidad de desdoblar, pero no cierra la puerta a una elección conjunta. La indefinición, sin embargo, empieza a jugarle en contra, mientras crece la presión por tomar una decisión clara.
La crítica más fuerte al modelo electoral que se plantea para 2025 tiene que ver con la modificación de reglas sobre la marcha. La eliminación de las PASO a nivel nacional, la implementación de la boleta única de papel y la propuesta de suspender las PASO provinciales sin un acuerdo amplio generan un escenario inédito. Muchos actores políticos consideran que este tipo de cambios alteran la previsibilidad democrática y colocan al votante ante una complejidad innecesaria.
“El sistema electoral argentino ha sido modificado de manera abrupta, generando un escenario de incertidumbre institucional que afecta la previsibilidad y el normal desarrollo del proceso democrático”, señalaron los intendentes en su comunicado conjunto.
En ese marco, el desdoblamiento aparece como una salida posible, no sólo para garantizar la institucionalidad sino también para evitar que la elección provincial se vea arrastrada por la lógica de polarización que domina la escena nacional.
Detrás de la discusión técnica y de los intereses partidarios, lo que se juega es algo más profundo: el derecho de la provincia de Buenos Aires a discutir sus propios problemas, con sus propios tiempos, y sin quedar subsumida en la lógica de poder nacional. El reclamo de los intendentes —muchos de ellos con fuerte legitimidad local— no es menor: piden una oportunidad para hablarle a su gente sin intermediarios, sin interferencias, sin distracciones.
¿Podrá el gobernador Kicillof canalizar ese reclamo sin romper con su espacio político? ¿Tendrán los bonaerenses la oportunidad de elegir a sus representantes sin que la elección nacional condicione el debate? ¿O se impondrá una vez más la lógica centralista que todo lo uniforma?
Las respuestas no están en el calendario. Están en la política.