De acuerdo con la Federación Industrial Panaderil de la Provincia de Buenos Aires, por el aumento de la harina el kilo de pan valdrá en los próximos días en promedio 1.400 pesos, una suba del orden del 30 por ciento. Según un comunicado de la Federación, "los estudios de costos realizados sobre el pan tipo francés nos indican que al mes de noviembre del corriente año el precio del kilogramo para su venta se encuentra entre los 1.300,00 y 1.400,00 pesos". En tanto que Darío Santillán, un dirigente de la entidad, señaló que "en algunos lugares la harina se fue a 9.000 pesos la bolsa. Estaba 6.400, es más o menos entre un 40 y 50 por ciento de aumento".
Santillán dijo que no esperaban este aumento "pero ahora que se acaba el subsidio de la harina, las materias primas han subido todas, los mayoristas han subido entre un 30 y un 40 por ciento las cosas. Es un panorama bastante desalentador".
El comunicado de la Federación Panaderil bonaerense detalla por su parte que "el 31 de diciembre de 2023, finalizará el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino, lo que inexorablemente generará que comencemos 2024 con un aumento del precio del pan y productos afines".
En Pergamino
Los panaderos locales desde hace un tiempo no ponen precios de referencia sino que decidieron que cada uno fijara el precio de acuerdo a su estructura de costos, ya que ante la alta volatilidad de los precios de las materias primas (no solo de la harina, por cierto) es imposible fijar precios referenciales. Así las cosas, hay panaderías que vienen comercializando el precio de kilogramo de pan a 1.500 pesos o más, en tanto que la gran mayoría fluctúa entre los 1.000 y los 1.200 pesos. En cuanto al precio de las facturas, otro de los productos emblemáticos de estos negocios, van desde los 2000 a los 3500 pesos o más, y se espera que suba más aún en los próximos días.
Además del problema del precio, los panaderos prevén otro inconveniente, que es la falta de entrega de harina justamente porque hay molinos que informaron que hasta que no tengan cierto estado de certidumbre con relación al precio del trigo, no van a despachar harina al mismo ritmo que lo venían haciendo.
Así las cosas, mientras siguen planteando el histórico reclamo de la "competencia desleal" por parte de fabricantes clandestinos que por lo general no tienen venta al público sino que fabrican pan y derivados para la reventa en comercios minoristas, si ningún tipo de regulación ni bromatológica y mucho menos impositiva, los industriales panaderos de Pergamino en estas horas revisan sus listas de precios con el fin de no perder margen de ganancia y al mismo tiempo no espantar a los clientes que, vale remarcarlo, cada vez retraen más su consumo debido a la caída del poder adquisitivo.
La única certeza que se tiene es que cada vez que el precio de un insumo subió, después nunca bajó. De eso puede dar fe cualquier argentino que tenga un mínimo de memoria.
"El panadero no aumenta por las dudas" porque "se necesita que el cliente entre y consuma, pueda adquirir algo de lo que elabora la panadería", resaltó un panadero pergaminense consultado por el Diario. "La industria panaderil no quiere que falte el pan en la mesa de los argentinos, para muchas familias es un alimento esencial", concluyó.