Este 2 de mayo, Pergamino recordará a a este conscripto caído en el hundimiento del Crucero ARA General Belgrano durante la Guerra de Malvinas. Un acto cargado de emoción, de la mano del Centro de exCombatientes, rendirá tributo a él y a los 322 marinos que dieron su vida en aguas australes.
Como en cada 2 de mayo, el Monumento a los Caídos en Malvinas de Pergamino, será el lugar en que se honrará la memoria de Eduardo Tomás Silva.
ARCHIVO LA OPINIONEste viernes se cumplen 43 años del hundimiento del Crucero ARA General Belgrano, ocurrido en el contexto de la Guerra de Malvinas. A bordo de esa nave viajaba el pergaminense Eduardo Tomás Silva, uno de los 323 tripulantes que perdieron la vida en el trágico ataque. Como cada año, el Centro de ExCombatientes de Malvinas de Pergamino se reúne para mantener viva su memoria y la de todos los caídos.
A las 10:30, los veteranos y vecinos de la ciudad se congregarán en el Monumento a los Caídos, en la intersección de la avenida Alsina y el Viaducto, para rendir homenaje. Allí se entonará el Himno Nacional, se pronunciarán palabras alusivas, se colocará una ofrenda floral y se guardará un minuto de silencio en memoria del joven conscripto Eduardo Tomás Silva, símbolo local del dolor y el coraje.
“Como cada 2 de mayo estaremos recordando a todos los caídos en este trágico suceso en la figura de Tomás Silva. Queremos que los pergaminenses sepan que esta fecha no es un día más”, expresó Carlos Miguelena, presidente del Centro de ExCombatientes.
Este tipo de actos también busca concientizar sobre la historia de la Guerra de Malvinas, que comenzó el 2 de abril de 1982. Cada 2 de mayo se recuerda el hundimiento del Belgrano y la muerte de Eduardo Tomás Silva, y el 14 de junio, día de la rendición argentina, se rinde tributo a Aldo Patrone, otro héroe pergaminense caído.
El Crucero ARA General Belgrano zarpó el 16 de abril de 1982 desde la Base Naval Puerto Belgrano con 1.093 tripulantes, rumbo a las frías aguas del Atlántico Sur. Allí debía operar fuera del área de exclusión establecida por las fuerzas británicas, vigilando los movimientos del enemigo. Tras hacer escala en Ushuaia y reunirse con dos destructores, el 1° de mayo recibió la orden de atacar desde el sur. Sin embargo, ya había sido detectado por el submarino nuclear británico HMS Conqueror.
El 2 de mayo, mientras recibía la orden de replegarse, el destino del buque quedó sellado. A las 16:02, un torpedo impactó en la sala de máquinas, seguido por otro que destruyó la proa. A las 16:23 se dio la orden de abandonar el buque. Media hora después, el “Belgrano” se hundía en las gélidas aguas australes, dejando a su tripulación a la deriva en balsas que resistieron casi dos días el embate del océano.
La tragedia costó la vida de 323 marinos. Otros 770 fueron rescatados gracias a la heroica labor del avión Neptune de la Aviación Naval, que localizó las balsas, y de las tripulaciones del ARA “Gurruchaga”, “Bouchard”, “Piedrabuena” y del buque hospital “Bahía Paraíso”. La consigna fue clara: ningún marino deja a otro marino en el mar.