La concejal se pronunció en contra del decreto 695/2025 que habilita la venta parcial de NASA, advirtiendo riesgos para la soberanía energética, la seguridad nacional y el futuro laboral de miles de familias vinculadas a las centrales nucleares de Zárate y Córdoba.
La concejal Alejandra Berni
La concejal Alejandra Berni expresó su firme oposición al decreto 695/2025 del Gobierno nacional, que autoriza la venta parcial de Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NASA), la empresa estatal que opera las centrales nucleares Atucha I y II (en Lima, partido de Zárate) y Embalse (en Córdoba).
Berni advirtió que esta decisión “representa un grave retroceso en términos de soberanía energética y una amenaza directa para la comunidad de Zárate y Lima”. Según la concejal, privatizar un área estratégica como la energía nuclear compromete no solo la generación eléctrica, sino también la seguridad nacional, la continuidad de proyectos científicos como el CAREM y el futuro laboral de miles de familias vinculadas de manera directa o indirecta al sector.
“NASA no da déficit, ¿por qué privatizarla?”
Durante un acto público realizado en el Teatro Coliseo de Zárate, Berni remarcó que NASA “es una de las pocas empresas estatales que no registra déficit y que el sector nuclear argentino es reconocido internacionalmente por haber completado el ciclo tecnológico”.
La edil señaló que ceder el control parcial de esta infraestructura a capitales privados “significa dilapidar décadas de inversión en ciencia, tecnología y formación de recursos humanos altamente calificados”.
Además, convocó a toda la comunidad de la región a defender el carácter estatal de NASA, afirmando que “garantizar el futuro de la empresa es garantizar el futuro de Zárate, Lima y del país entero”.
Contexto de un debate nacional
La iniciativa del Gobierno se enmarca en una serie de medidas destinadas a abrir al capital privado sectores estratégicos del Estado, con el argumento de atraer inversiones y mejorar la eficiencia.
Sin embargo, especialistas, referentes políticos y sindicatos del sector nuclear han manifestado su preocupación ante los posibles efectos adversos: pérdida de soberanía energética, vaciamiento tecnológico, caída en la calidad del servicio, y en particular, el impacto en el entramado laboral que sostiene a las localidades que crecieron en torno a estas plantas.
La postura de Alejandra Berni se suma a un creciente rechazo político y social en la región, con llamados a preservar la integridad y conducción estatal de Nucleoeléctrica Argentina, reconociéndola no solo como proveedora de energía limpia y confiable, sino también como baluarte del desarrollo científico argentino.