Todos los días, en el Partido de Pergamino se generan cientos de kilos de residuos urbanos. Esta realidad representa un desafío constante para el sistema de gestión ambiental, dado que desde 1988 vienen desarrollando estrategias para el tratamiento y recuperación de los materiales en la planta ubicada sobre la calle Miguel Cané.
Uno de los ejes fundamentales del plan de reciclado es la clasificación de los residuos en origen, que se fomenta mediante la disposición de las campanas diferenciadas por colores en los diversos puntos de nuestra ciudad. La Municipalidad de Pergamino ha reiterado en varias oportunidades cómo debe realizarse esta separación: las campanas azules están destinadas exclusivamente al papel y cartón; las naranjas a botellas PET, que luego son trasladadas al Taller Protegido; y las amarillas al depósito de latas, aluminio, vidrio y plásticos no PET.
Estos materiales son posteriormente recuperados y se lleva a cabo la reutilización por distintas instituciones y cooperativas locales. Las botellas PET recolectadas en las campanas naranjas son gestionadas por los operarios del Taller Protegido, quienes ya han enviado muchos camiones cargados con aproximadamente nueve toneladas cada uno. Por otro lado, el papel, cartón, latas, aluminio y vidrio son bien clasificados y aprovechados en este circuito tan importante en materia ambiental.
Problemas con los residuos en todos los barrios
Las autoridades insisten en la importancia de una correcta clasificación: “Depositar residuos mezclados implica un esfuerzo adicional para los trabajadores que deben separarlos manualmente, lo cual retrasa y encarece todo el proceso”, señalaron ante una consulta de LA OPINIÓN. Además, se recomendó a los vecinos verificar siempre las etiquetas y envases, ya que suelen indicar si el material es reciclable.
Y con el objetivo de optimizar la recolección de residuos domiciliarios, en los últimos años Pergamino reemplazó los tradicionales canastos individuales por contenedores verdes compartidos. Actualmente, el 90% de los barrios cuenta con este sistema. Los vecinos deben depositar allí únicamente los residuos generados en sus hogares y respetar los días y horarios establecidos para su recolección.
“Contar con un contenedor las 24 horas en la cuadra puede ser cómodo, pero también invita a un uso indiscriminado. Es fundamental sacar la basura poco antes del horario de recolección”, expresaron. También recordaron que “los contenedores no son volquetes: no deben utilizarse para arrojar los escombros, colchones, ramas, ni restos de limpieza de patios o cacharros”.
En este sentido, está disponible desde hace tiempo un servicio gratuito de recolección para los residuos voluminosos, que se realiza una vez por mes en cada barrio. Además, cualquier vecino puede llamar al 147, el número de Atención al Vecino, o bien ante el nuevo Chatbot 2477 – 533176, para consultar el cronograma correspondiente a su zona.
Vandalismo, una amenaza en Pergamino
En los últimos meses, se registró un preocupante aumento en los actos de vandalismo contra el mobiliario urbano, especialmente en lo que respecta a los contenedores verdes y las campanas de reciclado. “Estos elementos tienen como objetivo mejorar el orden y la higiene urbana. Sin embargo, su mal uso y los daños ocasionados comprometen el funcionamiento del sistema”, lamentaron. “No hay barrios más afectados que otros, porque estas conductas se repiten en distintos sectores de la ciudad”, advirtieron en el informe que solicitó el Diario.
Las autoridades locales reiteraron que mantener una ciudad limpia es una tarea colectiva. “Cada vecino tiene una cuota de responsabilidad. La más inmediata es respetar el uso correcto de los contenedores: sacar las bolsas en tiempo y forma, y no depositar residuos indebidos. Solo así podremos construir un Pergamino más limpio, ordenado y sustentable”.
A cualquier hora
Un recorrido por distintos barrios de Pergamino, así como por espacios públicos de la ciudad, revela una problemática persistente: muchos vecinos no respetan los horarios establecidos para sacar las bolsas con basura. Esta falta de cumplimiento genera múltiples consecuencias que afectan tanto la higiene urbana como el funcionamiento del sistema de recolección.
Uno de los principales problemas detectados es la permanencia prolongada de los residuos dentro de contenedores verdes en las calles, más allá del tiempo previsto. Esto se debe a que los vecinos depositan las bolsas fuera del horario estipulado, lo que dificulta el vaciado regular de los mismos y deriva en su constante saturación. Lo mismo ocurre con las campanas de colores destinadas a la separación de residuos reciclables, donde con frecuencia se encuentran con materiales que no corresponden, desvirtuando el objetivo de una correcta clasificación y reciclaje.
Sin embargo, lo más preocupante es la falta de cumplimiento general con los días y horarios designados para la disposición de la basura. Esta situación genera contenedores colmados de residuos en forma permanente, lo que no solo impide su adecuado mantenimiento, sino que también afecta negativamente la higiene y la salubridad en la vía pública.
Ante este panorama, las autoridades insisten en la necesidad de respetar tanto los días como los horarios indicados para sacar la basura. Cabe recordar que los residuos deben depositarse en la vía pública media hora antes del paso del camión recolector, y no con demasiada anticipación, a fin de evitar la acumulación innecesaria y el deterioro de los contenedores.