Una reconocida “operadora judicial” de cuatro patas está expulsada del edificio judicial de nuestra ciudad. La felina, testigo privilegiada de fallos memorables, deberá ahora buscar refugio en un hogar más amigable con las mascotas.
"Buscamos una casa para la gata que está en Tribunales. No podemos tenerla más ahí. Está cuidada, esterilizada y vacunada. Tiene un año aproximadamente. Comuníquense conmigo si quieren conocerla" posteó una empleada judicial.
CAPTURA DE PANTALLA HISTORIA DE INSTAGRAMDespués de haber recorrido con absoluta discreción los pasillos de Tribunales, participado sin objeciones en cónclaves jurídicos y hasta haber presenciado más audiencias que varios pasantes, la gata más célebre del fuero judicial pergaminense fue notificada—de manera informal, claro—de que debe abandonar el edificio donde pasó gran parte de su (aún breve) vida.
La medida, insólita pero real, fue dispuesta por las autoridades judiciales, quienes aparentemente no vieron con buenos ojos la permanencia de esta silenciosa y peluda trabajadora no registrada, pese a su innegable experiencia en casos civiles, laborales, penales y comerciales (donde más de una vez se la vio espiando desde alguna repisa).
“Es una resolución inapelable”, lamentó un agente judicial que prefirió mantener el anonimato, quizá por temor a ser acusado de gatofilia institucional.
El mismo miembro del poder judicial local confirmó que se trató de una decisión de funcionarios de La Plata, luego de que ninguna autoridad local quisiera firmar la orden de desalojo.
Al parecer, dictar sentencia contra un ser que no habla, pero que maúlla con convicción, supera incluso los dilemas de la justicia moderna.
La gata, que no tiene nombre oficial pero que responde a varios como “Doctora”, “Su Señoría” o “Che, bajate de ahí”, fue adoptada tácitamente por empleados y funcionarios que la cuidaron desde que apareció, apenas una bolita de pelos, frente a la plaza San José.
Esterilizada, vacunada y con más calle (jurídica) que muchos litigantes, la felina supo ganarse el corazón de todos… menos del reglamento edilicio provincial.
Uno de los argumentos para su remoción fue el riesgo de soledad durante los fines de semana, feriados y recesos, lapsos en los que ningún humano (ni siquiera los más fans de los Habeas Corpus) podría garantizarle comida y mimos.
Sin embargo, hay quienes aseguran que fue vista varias veces saliendo por una ventana y yendo a cenar a casas vecinas, lo que refutaría cualquier teoría de abandono.
Ante la orden irrevocable, ahora se busca hogar para la célebre experta en jurisprudencia. “Buscamos una casa para la gata que está en Tribunales. No podemos tenerla más ahí. Está cuidada, esterilizada y vacunada. Tiene un año aproximadamente”, escribió en redes sociales una empleada judicial, abriendo una convocatoria de adopción responsable.
En las historias de Instagram de trabajadores y funcionarios está compartida la imagen para atraer a alguna persona que se decida a adoptarla.
Aunque se barajó la posibilidad de presentar un recurso extraordinario o, al menos, una medida cautelar para frenar el desalojo, los especialistas aseguran que no hay jurisdicción que contemple la figura del "inquilino felino afectivo".
Así, la Justicia pergaminense, que tantas veces debió decidir sobre la vida, la libertad o el patrimonio de las personas, se vio vencida por su propia burocracia… y una gata.
¿Será este el inicio de una saga de jurisprudencia animal o simplemente el final de una entrañable convivencia no regulada?
Lo cierto es que la “doctora Gata” ya quedó en la historia de los Tribunales locales. Aunque esta vez, su sentencia fue definitiva.
Si alguien desea brindarle un nuevo hogar a esta exfuncionaria judicial no oficial, puede comunicarse con los empleados del edificio de Pinto, entre Colón y Monteagudo. No hace falta demostrar antecedentes penales, pero sí mucho amor.