El querido docente jubilado dejó una profunda huella en la comunidad pergaminense a través de su compromiso con la educación, su pasión por el fútbol y su activa participación ciudadana.
Falleció Miguel Urbaneja a los 73 años este viernes.
FACEBOOK ROBERTO AZPEITIAMiguel Ángel Urbaneja, conocido afectuosamente como “Pollo”, falleció este viernes a los 73 años, dejando un legado entrañable en el ámbito educativo, deportivo y político de Pergamino. Fue docente del histórico Colegio Industrial y referente en múltiples espacios donde cultivó amistades y sembró compromiso con la comunidad.
Sus restos serán inhumados este sábado 26 a las 11:00 en el Cementerio Parque La Merced, acompañados por el respeto y el afecto de familiares, amigos, exalumnos y compañeros de distintas etapas de su vida. Urbaneja fue despedido con palabras de cariño y gratitud, como las que compartió su amigo de toda la vida, Roberto “Vasco” Azpeitia: “Falleció el Poyo Urbaneja. Compañero de Secundario, Compañero como Maestro del Indu, Compañero de Fútbol en Sports, Compañero de Militancia, Compañero de Vida”.
Docente de vocación, formó parte del cuerpo educativo de la Escuela de Educación Técnica N° 1 (el “Industrial”), donde dejó una marca indeleble en generaciones de estudiantes a los que acompañó con calidez, compromiso y sentido pedagógico. Muchos lo recuerdan no solo por sus clases, sino por su forma cercana de enseñar y su mirada humanista sobre la educación.
Además de su labor como educador, supo brillar en el plano deportivo. Defendió los colores de Sports como jugador de fútbol y fue parte de una camada recordada por su entrega dentro y fuera de la cancha. La pasión por el deporte fue también una herramienta de encuentro social, otra manera en la que Miguel cultivó valores y forjó vínculos duraderos.
En el terreno político, fue un militante activo, identificado con los ideales del peronismo, y participó en distintos momentos de la vida institucional de la ciudad. Siempre dispuesto al debate, al trabajo colectivo y a pensar una Pergamino más justa, su participación fue coherente con su visión de vida: transformar desde lo cotidiano.
Miguel Urbaneja fue esposo de Liliana Remolins, padre de Diego, Ramiro e Ignacio, suegro de Ana y Juliana, y abuelo de Clara, Lucía, Juana y Pedro. Lo despiden con amor sus hermanos Daniel y Gustavo; su cuñado Miguel Remolins, su concuñada Patricia Cascardo y las sobrinas Soledad, Luisina y Belén; familiares, sobrinos y una gran cantidad de personas que lo conocieron y lo recordarán con afecto sincero.
Su partida enluta a la comunidad, pero su recuerdo permanecerá vivo en los pasillos de las aulas, en los campos de juego, en las charlas compartidas y en las luchas emprendidas con honestidad y vocación solidaria.