Productores y frigoríficos alertan por baja demanda, escasez de hacienda y precios que, por ahora, se mantienen estables. El sector reclama reformas fiscales. La industria cárnica enfrenta uno de sus momentos más delicados en años.
En la ciudad de San Nicolás, comerciantes y referentes del sector estiman que el consumo de carne vacuna cayó entre un 15% y un 25% en los últimos dos meses, en un contexto marcado por la pérdida de poder adquisitivo, la escasa oferta ganadera y la incertidumbre sobre los precios a futuro.
Desde carnicerías locales hasta representantes de cámaras frigoríficas coinciden en que, si bien no se han registrado aumentos recientes, el bajo nivel de ventas impide una recomposición de precios, incluso frente a la falta de buena hacienda.
Precios estables, pero poco movimiento
Actualmente, en los comercios de San Nicolás los precios promedio se ubican en:
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Pulpa y asado: $13.900
Pulpa económica: $10.200
Puchero: $8.900
Según comerciantes locales, los valores no aumentaron en los últimos cuatro meses, y se prevé que se mantengan estables hasta noviembre, salvo un repunte brusco en la demanda.
“La carne no va a aumentar porque no hay consumo. Los abastecedores no consiguen buena hacienda y los animales se pasan de peso”, expresó el dueño de una carnicería céntrica.
Una cadena productiva en alerta
A nivel nacional, el stock ganadero cayó a 51,6 millones de cabezas, con una pérdida de 2,6 millones en dos años. La situación es resultado de sequías prolongadas, ventas forzadas y una recuperación aún incipiente del salario real.
El gerente de Cafrisa, Sebastián Bendayán, advirtió que si mejora el poder adquisitivo, el consumo —que representa el 70% de la producción total— podría repuntar sin que haya suficiente hacienda disponible, lo que haría subir los precios rápidamente.
Exportaciones complicadas y reclamos fiscales
En el plano internacional, Argentina perdió participación en el mercado chino, que representa entre el 60% y el 65% de las exportaciones de carne, debido a la competencia de Brasil, que opera con menores costos de producción.
“Pagamos hasta un 30% más por los animales que Brasil, y eso afecta directamente la rentabilidad”, explicó Miguel Jairala, del Consorcio de Exportadores ABC.
Desde la industria también se reclamaron reformas fiscales urgentes que incluyan la revisión del Impuesto a las Ganancias por tenencia y del IVA sobre inversiones, dos factores que —según el sector— frenan el crecimiento y desalientan la inversión productiva.