Una situación de extrema tensión familiar derivó en un violento atentado contra un automóvil durante la madrugada del domingo en el barrio 27 de Noviembre. Un joven de 33 años, en medio de una discusión con su familia por cuestiones económicas, irrumpió en el domicilio de sus allegados y, tras amenazarlos, incendió dos veces el vehículo de su padrastro con botellas inflamables.
El episodio ocurrió en Valentini al 600, entre Mar del Plata y Ecuador, y fue denunciado por una mujer de 35 años que presenció toda la secuencia. Según consta en la investigación penal, la agresión se inició tras una discusión entre el acusado y su familia, luego de que estos se negaran a darle dinero.
El domingo a la medianoche, una mujer y su madre regresaban a su vivienda a bordo de un Chevrolet Cruze, propiedad del concubino de esta última, cuando comenzaron a recibir mensajes amenazantes por parte del joven, hermano de la denunciante. En los textos, el agresor advertía que si no accedían a sus pedidos, se presentaría en el domicilio para “romper todo y matar al padrastro”.
Horas más tarde, cerca de las 5:30, las mujeres fueron despertadas por un fuerte estruendo. Al mirar por la ventana, vieron al joven frente al rodado familiar, rompiendo uno de los cristales con un hacha y arrojando una botella encendida en el interior del auto. A los pocos minutos llegaron dotaciones de Bomberos que lograron sofocar las llamas antes de que se extendieran.
Atentado
Sin embargo, el atacante volvió a la escena veinte minutos más tarde. Esta vez, lanzó una segunda botella incendiaria al vehículo. Según el testimonio de las víctimas, la madre del joven intentó frenarlo, pero él le retorció una mano para impedirlo. Finalmente logró prender fuego nuevamente el interior del rodado y antes de retirarse gritó: “Me la van a pagar”.
La intervención de Bomberos evitó daños mayores. Por su parte, personal policial del Comando de Patrulla se presentó en el lugar, tomó intervención la Fiscalía N° 5, que subroga el fiscal Horacio Oldani, y se iniciaron actuaciones bajo la carátula de “lesiones leves, amenazas y daño”. Se dispuso una prohibición de acercamiento contra el agresor y se instrumentó un dispositivo de vigilancia preventiva en las inmediaciones del domicilio por el término de 48 horas, con patrullajes cada dos horas.
Si bien las víctimas fueron orientadas para acceder a medidas de protección y asistencia, por el momento declinaron realizar una Evaluación de Intervención por parte del área de Género y Familia. La causa quedó en manos de la fiscalía.
Este caso se suma a otros episodios de violencia intrafamiliar que, lamentablemente, continúan en aumento en la ciudad y ponen de relieve la necesidad de reforzar los dispositivos de asistencia social, sanitaria y legal ante conflictos familiares que escalan a niveles de gravedad preocupante.