Por la revancha de los cuartos de final de la Reválida del Torneo Federal A, Douglas Haig afrontará este domingo un partido que puede marcar un nuevo capítulo en su reconstrucción futbolística. Desde las 17:00, el Rojinegro visitará a Olimpo de Bahía Blanca en el estadio Roberto Carminatti, con una ventaja de cinco goles conseguida en la ida y la posibilidad concreta de meterse entre los cuatro equipos que seguirán en carrera por el segundo ascenso a la Primera Nacional. Sin embargo, puertas adentro la consigna sigue siendo la misma: cabeza fría, pies sobre la tierra y compromiso absoluto. El árbitro será el cordobés Ezequiel Billone.
El 5 a 0 del domingo pasado en el Estadio Miguel Morales fue contundente. Douglas Haig no solo supo golpear en los momentos clave, sino que impuso autoridad, personalidad y una superioridad futbolística que dejó sin respuestas a un Olimpo que llegó a Pergamino con chapa de favorito y ventaja de localía.
Claro que la matemática también da una mano: incluso perdiendo por hasta cuatro goles, el conjunto pergaminense estará en las semifinales. Pero la serie tiene una particularidad: la ventaja deportiva permanece en manos de Olimpo. Es decir, en caso de igualdad en puntos y en diferencia de goles al cabo de los 180 minutos, será el equipo bahiense el que avance de fase. Ese detalle impide cualquier tipo de relajación: Douglas Haig deberá jugar concentrado, ordenado y con la misma convicción que mostró en la ida.
Olimpo, por su parte, encara la revancha con la obligación de lo épico. En Bahía Blanca se espera un clima cargado de expectativa, en busca de un milagro futbolístico. No obstante, también se reconoce que el golpe del 5 a 0 caló hondo en el ánimo del “Aurinegro”, que llega presionado por su historia, el contexto y la necesidad.
Un plantel enfocado
El plantel de Douglas Haig viajó el viernes por la noche rumbo a Bahía Blanca, luego de completar por la mañana la última práctica en Pergamino. Ya instalados en la ciudad, jugadores y cuerpo técnico quedaron concentrados, con un ambiente que, según describen desde adentro, transmite serenidad y determinación.
Durante la semana, los entrenamientos se desarrollaron sin sobresaltos, con énfasis en movimientos tácticos y fútbol en espacios reducidos. La consigna del cuerpo técnico fue clara: no mirar el marcador global, jugar la revancha como si la serie estuviera 0-0.
Todo indica que Sebastián Cejas repetirá la formación que goleó en Pergamino: Ezequiel Bacher; Boris Magnago, Agustín Pezzi, Nicolás Bazzana y Mariano Mauri; Brian Meza y Gonzalo Baglivo; Elián Tus, Joaquín Castellano y Santiago Gutiérrez; y Muriel Orlando. Una alineación que se consolidó en los últimos partidos y que demuestra un entendimiento colectivo, tanto en defensa como en ataque.
El mensaje que marcó la semana
La goleada de la ida no fue el final del capítulo, sino el comienzo de otro: el de la prudencia. En un momento de euforia generalizada entre los hinchas, el mensaje del entrenador apareció como una brújula. “Hay que seguir sin mirar atrás”, publicó Sebastián Cejas en sus redes sociales horas después del 5 a 0.
El DT plasmó esa idea con un texto que sintetiza la filosofía del equipo: “La ilusión impulsa, la calma sostiene. Cuando se logra ese equilibrio, soñar sin desesperar, avanzar sin atropellarse, la vida se vuelve más liviana y los logros, más plenos”. Los futbolistas lo escucharon y tanto en las prácticas como en las charlas técnicas, el eje estuvo puesto en mantener la intensidad y no dar ventajas.
Para agigantar el sueño
Si Douglas Haig logra avanzar se meterá en las semifinales de la Reválida, algo que hasta hace semanas parecía imposible. Pero la historia reciente demuestra que este equipo supo reinventarse cuando pocos lo esperaban.
El partido de este domingo representa mucho más que una clasificación: es la posibilidad de confirmar la transformación, de sostener un sueño que parecía lejano y de demostrar que la fe, el trabajo y la calma pueden ser tan importantes como el talento futbolístico.
En Bahía Blanca, el Fogonero saldrá a defender ese presente. No solo jugará por un resultado: jugará por una identidad recuperada y por una hinchada que volvió a ilusionarse con el ascenso, el que se le escapó dos veces en 2023. Y lo hará fiel a su esencia de estas últimas semanas: soñar sin desesperar.