Los referentes del sector industrial argentino expresaron su preocupación por la irrupción de las importaciones chinas y la pérdida de competitividad. Desde La planta General Savio, San Nicolás Ternium y Acindar pidieron medidas urgentes.
Preocupación por la caída de la demanda y las importaciones chinas
Las plantas siderúrgicas argentinas atraviesan una coyuntura compleja. La de Ternium en General Savio funciona al 70% de su capacidad y la de Acindar, del Grupo ArcelorMittal, apenas al 60%. Ambas compañías coinciden en que el ingreso de productos de origen chino y la retracción del mercado interno están afectando la actividad y el empleo. Martín Berardi, CEO de Ternium, subrayó que mientras el 70% de los países desarrollados aplican algún tipo de barrera comercial a China, Argentina no lo hace. “Estamos ante un nuevo contexto mundial, donde la OMC dejó de ser un ente regulador efectivo. El mundo reacciona ante la expansión industrial china y protege sus mercados. Argentina debe abrirse, pero hacia el mundo occidental”, sostuvo el ejecutivo.
Berardi: “La apertura irrestricta es peligrosa, hay que tener una estrategia”
El titular de Ternium planteó que China basa su crecimiento en la exportación y que esa dinámica pone en riesgo a las industrias locales. Afirmó que una apertura comercial sin control podría derivar en una nueva etapa de primarización económica, en la que el país exporte materias primas y dependa de la importación de manufacturas. “El desafío es doble: ganar competitividad y reducir los costos sistémicos. Hay que aplicar la motosierra en los gastos superfluos, invertir en tecnología y automatización, pero también bajar impuestos distorsivos como Ingresos Brutos, el impuesto al cheque y las tasas municipales”, explicó Berardi. Además, respaldó las reformas estructurales y la apertura gradual del cepo cambiario: “El gobierno tiene apoyo político para avanzar. El vínculo con Estados Unidos es clave. El RIGI da beneficios que deberían extenderse a todos los sectores”, señaló.
Amos advierte sobre el riesgo de desindustrialización
Por su parte, Federico Amos, CEO de ArcelorMittal Acindar, fue categórico respecto a la necesidad de equilibrio macroeconómico y previsibilidad. “Con nuestras plantas al 60%, necesitamos reformas, crédito y estabilidad para competir en condiciones justas”, afirmó. El empresario alertó que “decirle no a la industria va a tener consecuencias”, al remarcar el papel de la siderurgia en el desarrollo regional, la generación de empleo calificado y la incorporación de tecnología. Amos coincidió en que el sistema tributario argentino se volvió insostenible: “Hay que eliminar los impuestos distorsivos y fortalecer la demanda a través del crédito y el trabajo. Solo así podremos sostener un entramado industrial que impulsa el crecimiento del país”, concluyó.