El miércoles pasado un sujeto ingresó a la remisería ubicada en Araoz al 1000 y sustrajo el teléfono celular de la operadora. A pesar de que fue detenido por la Policía gracias a la rápida reacción de sus compañeros, el Juzgado de Garantías le otorgó la libertad días después, generando indignación en la comunidad.
La inseguridad volvió a sacudir esta semana, luego de que se conociera que fue liberado el delincuente que robó una remisería en Araoz al 1000. El hecho ocurrió el miércoles pasado, cuando el sujeto ingresó al local simulando ser un pasajero, sorprendió a la operadora y le robó su celular personal.
Persecución y detención inmediata
Según relataron los trabajadores de la remisería, la secuencia del robo fue captada por las cámaras de seguridad del local, lo que permitió identificar rápidamente al ladrón. Tras el hecho, los compañeros de la víctima iniciaron una persecución, y lograron alertar a la Policía que patrullaba la zona.
El operativo terminó con la detención del sospechoso y, según indicaron fuentes policiales, también se habría demorado a otros individuos vinculados al hecho. El celular robado fue recuperado, aunque el daño emocional para la trabajadora fue inmediato y profundo.
Indignación por la liberación del imputado
A pesar de la contundente evidencia y de la reacción rápida por parte de la Policía y la comunidad, el Juzgado de Garantías interviniente resolvió otorgarle la libertad al acusado a fines de la semana pasada.
La medida judicial generó malestar e indignación entre los empleados del local y los vecinos del barrio. “No puede ser que entre, robe, lo agarran y a los pocos días esté caminando por la calle como si nada”, expresó uno de los compañeros de la operadora.
Desde el local aseguraron que ya han sufrido otros episodios de inseguridad, aunque este fue el más violento hasta el momento. Varios vecinos se sumaron a los reclamos, exigiendo mayor protección para los trabajadores y respuestas más firmes desde el Poder Judicial.
La inseguridad, una constante que preocupa
El caso vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre la reincidencia, la respuesta judicial ante delitos menores y el sentimiento de indefensión de los vecinos frente a hechos que alteran la vida cotidiana.
Mientras tanto, en el barrio Bradero, la sensación de vulnerabilidad crece. Los empleados del comercio consideran que las decisiones judiciales deben contemplar también el impacto social y el mensaje que se transmite a la comunidad. La remisería evalúa aumentar las medidas de seguridad, aunque insisten en que “la justicia debe acompañar el esfuerzo de la policía y de quienes se exponen todos los días para trabajar”.