La poda de otoño-invierno ya comenzó y hay reglas claras que deben seguir los vecinos. Sin autorización puede haber multas. ¿Dónde se tramita el permiso y quién limpia después?
Poda de arboles en San Pedro
LAOPINIONCon la llegada del otoño, muchos vecinos de San Pedro inician la poda de los árboles ubicados en veredas y espacios públicos. Sin embargo, esta práctica está regulada por ordenanza municipal y no puede realizarse sin autorización previa, ya que el arbolado urbano es considerado patrimonio común y su intervención requiere controles técnicos.
La Municipalidad de San Pedro estableció como período oficial para la poda el comprendido entre el 1 de mayo y el 31 de agosto. Fuera de ese lapso, toda intervención está prohibida, salvo por situaciones de riesgo o emergencias.
Los frentistas que deseen podar árboles deben solicitar una autorización en la Secretaría de Obras Públicas, ubicada en Arnaldo 150. Allí, personal técnico evalúa el estado del ejemplar y emite el permiso correspondiente. Podar sin esta autorización puede generar multas y sanciones.
Multas y responsabilidades
Según la normativa vigente:
Quien pode sin permiso será sancionado con una multa económica.
Si luego de la poda no se retiran las ramas ni los restos vegetales, también se aplicará una infracción adicional.
La limpieza del espacio público afectado es responsabilidad del vecino o frentista que realizó la tarea.
¿Por qué es importante podar ahora?
El período otoñal-invernal es el más adecuado para este tipo de intervenciones. Las plantas están en receso vegetativo y pueden regenerarse sin sufrir daños. Una poda bien hecha:
Favorece el rebrote en primavera.
Mejora la estructura del árbol.
Elimina ramas secas o potencialmente peligrosas.
No obstante, si se realiza de manera incorrecta o excesiva, puede poner en riesgo la vida del ejemplar.
La supervisión técnica y el control de estas actividades corresponde a la Municipalidad. Aunque no siempre se observa una fiscalización activa, los especialistas insisten en la urgente necesidad de proteger el arbolado urbano. En el contexto del cambio climático, cada árbol representa un activo ecológico clave para reducir el calor, captar carbono y mejorar la calidad del aire.