Más allá de los cambios y nuevas costumbres que pueda adoptar la sociedad, hay tradiciones que, año tras año, siguen vigentes en Pergamino.
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Dada la proximidad de Semana Santa, en Pergamino hay una suba en la demanda de estos productos e instan a la población a comprar en lugares habilitados.
Más allá de los cambios y nuevas costumbres que pueda adoptar la sociedad, hay tradiciones que, año tras año, siguen vigentes en Pergamino.
Las mismas mantienen su arraigo cultural. Una de esas costumbres, profundamente vinculada a las creencias religiosas y a las prácticas de Semana Santa, es el consumo de pescado y sus derivados, tal como ocurre en gran parte del país.
En este contexto y teniendo en cuenta el aumento en la demanda de estos productos durante esta época del año, desde la Municipalidad de Pergamino ya están intensificando los controles sanitarios. El objetivo es claro: garantizar que los alimentos que llegan a la mesa de los pergaminenses cumplan con los estándares de calidad necesarios y evitar así posibles intoxicaciones o enfermedades transmitidas por alimentos en mal estado.
A partir del jueves, los inspectores municipales pusieron en marcha un operativo especial que abarca tanto la ciudad cabecera como las localidades rurales del Partido. El foco está puesto en la comercialización de pescados y mariscos, con especial atención en aquellos puntos de venta que se ubican fuera de los canales tradicionales para la distribución, como vendedores ambulantes.
“Estamos próximos a la costa del Río Paraná, y es habitual que para estas fechas se comercialicen pescados provenientes de distintas localidades cercanas como San Pedro, Ramallo, San Nicolás o zonas aledañas. Por ese motivo, es fundamental extremar los controles sobre el estado sanitario de estos productos, ya que una intoxicación alimentaria derivada del consumo de pescado en mal estado puede generar cuadros graves en la salud de las personas”, advirtieron desde la Municipalidad. .
Asimismo, recordaron que el pescado es un alimento muy sensible a las condiciones de conservación, y destacaron que la correcta refrigeración es clave para preservar sus propiedades y evitar su rápida descomposición. “El pescado necesita mantenerse en frío permanente, idealmente a temperaturas que oscilen entre los 2 y 5 grados bajo cero. En estos días estamos teniendo temperaturas muy variables, por eso es importante que tanto vendedores como consumidores tomen conciencia de estos cuidados”, remarcaron ayer ante las consultas que hizo LA OPINION.
A la hora de realizar la compra, brindaron una serie de recomendaciones prácticas para que los vecinos puedan identificar visualmente y de manera sencilla si el producto está en buen estado.
“El pescado fresco debe tener las agallas de color bordó intenso o rojo brillante. Cuando empieza a descomponerse, ese tono se oscurece, las agallas se tornan marrones o negras, y aparece un olor característico, fuerte y desagradable. Además, los ojos deben estar brillantes y sobresalientes; si están hundidos o deshidratados es una clara señal de que pasaron varios días sin la cadena de frío adecuada”, explicaron.
Otra señal de alerta es el desprendimiento fácil de las escamas o la pérdida de firmeza muscular. “Cuando uno presiona con el dedo sobre la carne del pescado y la marca queda hundida, sin recuperar su forma original, significa que el proceso de descomposición ya está avanzado y ese producto no debe consumirse bajo ningún concepto”, advirtieron.
Desde la Municipalidad insisten en la importancia de adquirir pescados y mariscos en comercios habilitados y de confianza. “Los productos que provienen del mar, por lo general, llegan en buenas condiciones sanitarias, transportados en vehículos identificados y con sistemas de refrigeración adecuados, utilizando hielo en escamas para asegurar la temperatura recomendada. Esto permite preservar la cadena de frío durante todo el traslado”, detallaron desde el área.
Finalmente, recordaron a la comunidad que ante cualquier duda o denuncia por venta de alimentos en condiciones dudosas, los vecinos pueden comunicarse con el número 147, de atención al vecino, ya que el objetivo principal de estos operativos es cuidar la salud pública y garantizar que las tradiciones gastronómicas de Semana Santa puedan disfrutarse de manera segura.