En esta oportunidad, la tradicional procesión unió a la Parroquia de San Antonio con el templo mayor. Allí, el obispo de la Diócesis de San Nicolás, Héctor Cardelli -que presidió su último festejo patronal en Pergamino por su inminente jubilación- celebró la misa acompañado del padre Carlos Miri y otros sacerdotes de la ciudad. Bajo un tenue sol que aportó calidez a la jornada, los fieles veneraron a María con cantos y salutaciones.
DE LA REDACCION. Ayer la ciudad se vistió de fiesta para celebrar a Nuestra Señora de la Merced, patrona de la ciudad y del partido de Pergamino. Con las actividades desarrolladas, se puso punto final al tiempo de preparación que por espacio de nueve días la comunidad de La Merced y de otros templos de la ciudad, venían llevando adelante.
Cuando el padre Carlos Miri asumió como párroco, impuso una nueva modalidad al tradicional paseo callejero con la imagen de la patrona: el peregrinaje se haría uniendo un templo de la ciudad con la casa de la Madre de todos. Así la caminata tuvo diferentes puntos de encuentro según pasaron los años, tales como la Parroquia del Carmen o Lourdes. En esta oportunidad fue el turno de San Antonio, por ello la ciudadanía se congregó en las puertas de dicho templo, en calle Lagos entre Doctor Alem y Luzuriaga, para peregrinar desde allí hasta el templo mayor de Pergamino.
Las últimas actividades
Previo a los acontecimientos de ayer, la culminación de la novena efectuada a la Virgen se dio, a diferencia de otros años, con un marcha de antorchas que partió de Avenida de Mayo y San Nicolás y llegó a La Merced ayer a la medianoche, momento en que la Virgen salió a saludar a los feligreses al son del repiqueteo de campanas. Luego se realizó un momento de oración.
El cronograma de actividades ayer comenzó desde temprano ya que a las 11:00 se ofreció la primera misa.
A las 16:00 se llevó a cabo la solemne procesión con la sagrada imagen de la Virgen por la ciudad. Con el objetivo de que las comunidades religiosas de los diferentes templos de la ciudad participen activamente en la fiesta de la patrona, la caminata partió desde la Parroquia San Antonio para llegar a La Merced.
Al lado de la Patrona, también peregrinó la imagen de Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás -cuyo festejo es hoy- y ambas fueron escoltadas por una tropilla de El Fortín.
Luego de recorrer las calles céntricas de la ciudad, al llegar al altar el obispo diocesano Héctor Cardelli ofició la misa que fue concelebrada por los sacerdotes de la ciudad.
A las 19:30 se ofició la última Eucaristía, a cuyo término la imagen de la Virgen fue trasladada nuevamente a su camarín.
Protectora de la ciudad
Devotos de distintos puntos de la ciudad de Pergamino se congregaron ayer en las puertas del la Parroquia San Antonio para participar de la procesión a la Patrona de Pergamino. Minutos después de las 16:00 la imagen de La Merced, trasladada en un carromato que dirigían algunos voluntarios, encabezó la peregrinación. En ese momento la feligresía toda empezó a saludar a la Santa Protectora de la ciudad. Agitando sus pañuelos y al compás de cánticos evangélicos los cristianos allí presentes expresaron su devoción y gratitud a María.
La procesión fue presidida por un grupo de monaguillos que fueron acompañados por representantes de las colectividades. Junto a ellos peregrinaban algunos párrocos de los distintos templos pertenecientes al Partido de Pergamino, que junto a sus comunidades se sumaron al festejo citadino.
Durante la caminata los ciudadanos presentaron a la Virgen cuantiosas intenciones, también se expusieron reflexiones en torno al lema María, madre de la Misericordia, madre de la Merced, y entonaron diversos cantos en homenaje a la Madre de Dios.
Santa Misa
Luego de la recorrida la Virgen, fue ubicada en un pedestal preparado de manera exquisita en un costado del altar.
La llegada de la Virgen a las escalinatas de su casa fue uno de los momentos más emotivos, con los ciudadanos agitando sus pañuelos, reverenciando a la protectora de los pergaminenses, gesto que acompañaron al compás de cantos de alabanza.
Las grandes dimensiones del templo fueron colmadas por fieles dispuestos a participar del encuentro eucarístico.
Celebración especial
La misa tuvo un sabor especial este año dado que fue la última fiesta patronal presidida por el aún obispo de la Diócesis de San Nicolás, Héctor Cardelli. El martes pasado, luego de aceptarle la renuncia a Cardelli, el Papa Francisco nombró a Hugo Norberto Santiago como sucesor.
Cabe aclarar que monseñor Cardelli continuará dando cumplimiento a su nutrida agenda hasta el 20 de noviembre, fecha que se espera que sea la asunción de Hugo Santiago, que por ahora reside en el Obispado de Santo Tomé (Corrientes).
María, parte de la salvación
Luego de escuchar las lecturas y el Evangelio correspondientes al día de la fecha, el obispo saliente, Héctor Cardelli, se refirió al importante rol de la madre y a la revisión de vida cristiana a que invita el Papa en el Año de la Misericordia.
El tema misericordia lo hemos reflexionado mucho durante este año, y en estos momentos tan importantes de las fiestas patronales debemos resaltar la figura de la Virgen, en este caso, la Virgen de la Merced o Merceditas, sostuvo Cardelli y reseñó el Evangelio en que Jesús, moribundo en la cruz, ofrece a la Virgen como madre de todos los fieles. ¿Qué hubiera sido de nosotros si no hubiera sido incorporada en el proyecto de salvación de la humanidad la Santísima Virgen? Miles de años esperando al salvador pero él debía reunir condiciones especiales, debía ser alguien igual a nosotros menos en el pecado, debía tener naturaleza humana, saber del sufrimiento, saber del dolor, del cansancio, de la persecución del odio. Jesús es lo que los seres humanos estábamos necesitando. No podíamos sentir el gozo de la redención con un decreto sino que necesitábamos experimentar a un Dios igual a nosotros, aseguró Cardelli.
En el seno de María
Valorizando el rol María en el plan salvífico de Dios, como una figura tan esencial como el propio Cristo porque por ella El vino al mundo, el obispo destacó su sí, su incondicionalidad, su predisposición: Fue María la que engendró el cuerpo y la sangre de ese hijo unigénito de Dios, un hombre con existencia divina y humana. Es en el seno de María en donde se opera este gran misterio, este gran regalo por eso no podemos disociar jamás a la Virgen del misterio de redención, no podemos pensar en una religión sin María, una Iglesia sin la Virgen es una Iglesia huérfana.
Centro de la familia
Prosiguiendo con su homilía, monseñor afirmó que en la Pascua Jesús nos hizo partícipe de su vida divina pero fue ese mismo Jesús el que nació de una mujer, una mujer que también es nuestra madre. Desdibujar a la madre, o sea a María, es el golpe más fuerte que el demonio puede darle a la humanidad. Cuando se apunta a destruir la maternidad, la institución de la familia, el enemigo sabe que ha logrado vencernos. Y por ello debemos pedirle a la Virgen que nos preserve del peligro de desconocerla, desvalorizarla como madre de Cristo, de la Iglesia y de la familia.
Verdadero camino
Por último Cardelli expresó que la Virgen nos recuerda todo lo que Jesús nos enseña para que no perdamos el rumbo y para que centremos en el Evangelio los verdaderos valores de nuestra vida. Por eso demos gracias a Dios por conocer, querer y venerar a María, de sentirnos que estamos cobijados por ella, que de su mano vamos a Jesús, camino, verdad y vida.