Ante una multitud de fieles, Monseñor Hugo Santiago presidió una misa en homenaje al Papa Francisco tras su fallecimiento.
Una multitud se acercó a tocar el cuadro del Papa Francisco.
Monseñor Hugo Santiago presidió la misa en la que se rezó por el alma del Santo Padre.
Durante la musa en homenaje al Papa Francisco, con palabras íntimas, testimonios conmovedores y un repaso por su inmenso legado, el obispo destacó la humildad, la cercanía y la grandeza de un pontífice que conmovió a creyentes y no creyentes por igual.
La Iglesia Catedral de San Nicolás fue escenario este jueves de una sentida misa en homenaje al Papa Francisco, fallecido recientemente, que reunió a cientos de fieles y sacerdotes de la región. La celebración fue presidida por monseñor Hugo Santiago, obispo de la Diócesis de San Nicolás, quien ofreció una semblanza cálida, cercana y profundamente humana del Santo Padre.
"Muchas cosas se han dicho de Francisco en estos días, muy lindas y profundas; hay como un sentimiento universal de pérdida", comenzó diciendo Santiago, visiblemente conmovido. En sus palabras resonó no solo el dolor por la partida del Papa, sino también la gratitud de haber sido acompañado por él durante su ministerio episcopal.
Monseñor relató su vínculo personal con el pontífice, desde los primeros desafíos al llegar a la diócesis hasta el acompañamiento constante que recibió a lo largo de los años. “Con el Papa Francisco tuvimos un intercambio periódico de correos durante seis años y medio, en los cuales, a través de su secretario, me enviaba respuestas manuscritas de gran valor. Un obispo sin mucha importancia, como yo, tuvo el honor de ser acompañado por un Papa: eso habla de su humildad y paternidad”, expresó.
También recordó, con afecto y humor, su último encuentro personal con el Papa en noviembre de 2022, cuando le pidió apoyo para la restauración de la Catedral tras el incendio de 2017. Gracias a ese aval, se obtuvo ayuda de la “Papal Foundation” para culminar las obras interiores del templo.
Más allá del vínculo personal, el obispo repasó la obra y el impacto global del pontificado de Francisco. Lo definió como un "humanista desde el Evangelio", admirado por creyentes y no creyentes, musulmanes, judíos y agnósticos. Destacó su compromiso con los migrantes, el medioambiente, la paz mundial, la justicia social, la educación y el diálogo interreligioso.
“Vio el dolor del mundo y no se quedó indiferente: fue a Lampeduza a clamar por los migrantes ahogados, convocó a economistas a repensar la economía, promovió el Pacto Educativo Global, denunció las guerras, dialogó con el Islam, y convirtió a la Iglesia en un hospital de campaña para los descartados”, enumeró.
Francisco, sostuvo Santiago, fue un Papa que “abrazó al mundo entero desde una fe encarnada, cercana, profundamente pastoral”, y lo hizo sin caer en reduccionismos ni banderas ideológicas. “No será fácil reemplazarlo desde una mirada humana, pero confiamos en que el Espíritu Santo guiará a la Iglesia hacia un nuevo Pastor”, concluyó.
La misa terminó en un clima de recogimiento y oración. “La Virgen Santa, como él solía decirle, ya lo ha presentado a Jesús”, dijo el obispo, y compartió la imagen final que lo conmovió: “una creación digital donde Jesús y Francisco se abrazan… y el mate está servido en las Moradas Celestiales”.