El domingo pasado nos dejó Hugo Orlando “El Loco” Gatti, una leyenda durante muchos años como arquero de Boca Juniors, que marcó a fuego a varias generaciones de grandes y chicos. Durante su extensa carrera se ganó el cariño no solo de los hinchas xeneizes, sino de casi todo el mundo futbolístico, que vio sus sorprendentes atajadas y salidas del arco, destacándose por su gran liderazgo y presencia dentro del campo de juego.
Pero muchos recordarán, que en su destacada historia dentro del fútbol a nivel nacional, Douglas Haig se dio el lujo de recibirlo en el estadio “Miguel Morales” y hasta convertirle un gol en un encuentro amistoso que terminó 1 a 1.
Fue el domingo 23 de marzo de 1986. Douglas Haig venía de ganar el torneo 1985 de la Liga de Fútbol de Pergamino (jugaron cuatro clubes de Salto), logrando su séptimo título consecutivo, y se preparaba para disputar el torneo que el 14 de junio de ese mismo año logró ganar para acceder al primer Nacional B (86-87). En esa tarde de otoño, vino el mismísimo Boca Juniors a jugar un amistoso preparatorio con todas sus figuras, y formó con: Gatti; Abramovich, Sánchez, Passucci y Hrabina; Stafuza, Olarticoechea y Hoyos; Irazoqui, Rinaldi y Scalise, dirigidos por Mario Zanabria. También estuvieron Balerio, Melgar, Higuaín, y Graciani, entre otros.
Por su parte, Douglas Haig también contaba con lo suyo y formó con: Delménico; Ferrari, Santachiara, Astudillo y Salse; Vlacich, Rubio, Sperandío y Jiménez; Comas y Sahud, con la dirección técnica de Juan Miguel Echecopar.
Este encuentro histórico se jugó en un estadio “Miguel Morales” repleto, dirigido por el reconocido árbitro Mario Gallina, con Ferreyra y González como sus asistentes. El “Rojinegro” abrió el marcador rápidamente, a los 5 minutos del primer tiempo, por intermedio de Salse de cabeza, y Boca Juniors lo empató en el “amanecer” del complemento, a los 4 minutos, por intermedio de Hoyos.
“Boca con gloria y sin brillo. Douglas con un gran sacrificio”
Según reflejaba la crónica de LA OPINION, el empate terminó siendo justo: “Boca con gloria y sin brillo. Douglas con un gran sacrificio”, titulaba la nota; y a la vez destacaba: “Boca no defraudó pero lo de Douglas fue meritorio”.
En definitiva, un Douglas Haig hasta ese momento con un equipo “amateur” le jugó de igual a igual a uno de los clubes más reconocidos del mundo, que en el arco tenía a una leyenda como Hugo Orlando Gatti, demostrando el “Fogonero”, tal como lo venía haciendo desde hacía ya varios años, que estaba para grandes cosas.