El ámbito de la medicina argentina despide con profundo pesar al doctor Roberto Fernández Viña, destacado cardiólogo y referente nacional e internacional en su especialidad. En 2006, el Honorable Concejo Deliberante de San Nicolás lo declaró “Ciudadano Ilustre” en reconocimiento a su sobresaliente trayectoria profesional y su compromiso con el desarrollo científico desde su ciudad natal.
Durante su extensa carrera, Fernández Viña estuvo estrechamente vinculado a la Clínica San Nicolás, donde se desempeñó como jefe del equipo de cardiología y posteriormente como director médico. Desde allí impulsó innovaciones que trascendieron las fronteras de la medicina argentina.
Activo en la medicina y paso por la política de San Nicolás
Además de su labor médica, tuvo una destacada participación en la función pública. Integró el Concejo Deliberante de San Nicolás entre 2003 y 2007, fue director de Ciencia y Tecnología municipal en 2012, y volvió a ocupar una banca como concejal entre 2013 y 2017, acompañando la gestión del intendente Ismael Passaglia.
En el ámbito académico, fue director médico del Centro Médico Cardiovascular San Nicolás, presidente de la Fundación Don Roberto Fernández Viña y director del Instituto Argentino de Ciencias para la Salud, entidades dedicadas a la investigación y formación profesional.
Su prestigio también traspasó fronteras. Fue consultor externo de centros médicos en Estados Unidos, Canadá y Brasil, y participó como director de cursos internacionales de terapias endovasculares. Su trabajo en angiogénesis terapéutica y stents liberadores de antibióticos fue reconocido mundialmente.
Entre sus múltiples distinciones, recibió el Premio del Instituto MAPFRE de Madrid (2004), fue reconocido por la Sociedad Española de Cardiología, y nombrado Profesor Extraordinario ad honorem por la Universidad Maimónides. También fue distinguido como Eminencia de la Humanidad Solidaria por la Obra Mundial Pro Humanidad.
Más allá de su prestigio, Fernández Viña siempre mantuvo un fuerte lazo con San Nicolás, donde ejerció como cardiólogo durante más de 40 años, dejando una huella imborrable en colegas, pacientes y la comunidad.