Con profundo dolor y conmoción, la comunidad de Rancagua y Pergamino impulsa una cadena de oraciones por la salud de Catalina, la niña de 10 años que permanece internada en el Hospital de Pediatría Garrahan de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La menor sufrió lesiones gravísimas en la cabeza provocadas por la esquirla de metal lanzada por la explosión de un experimento que simulaba la erupción de un volcán, durante la feria de ciencias del Instituto Comercial Rancagua, el jueves pasado.
Hospital Garrahan
De acuerdo con fuentes consultadas, Catalina está internada en la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica, bajo monitoreo constante del equipo médico especializado. Su estado es delicado y el pronóstico reservado, por lo que en esa primera jornada se evaluaba su evolución neurológica y general con extrema cautela y en forma frecuente.
Los padres de la niña permanecen en Buenos Aires, acompañándola y manteniendo reuniones periódicas con los profesionales del área de terapia intensiva, quienes brindan actualizaciones sobre su cuadro clínico y las estrategias de tratamiento. Por respeto a la privacidad familiar, no trascendieron detalles sobre el alcance exacto de las lesiones ni sobre las intervenciones médicas realizadas.
Catalina había concurrido a la feria como espectadora junto a familiares, cuando la onda expansiva del estallido la alcanzó de lleno, provocándole quemaduras y una herida penetrante en el rostro.
Ambulancias de Same y Medicar
En el lugar, personal médico de los servicios de emergencia SAME y Medicar realizó las primeras atenciones y dispuso su traslado prioritario al Hospital Interzonal General de Agudos “San José” de Pergamino, donde fue estabilizada y sometida a estudios de diagnóstico por imágenes que confirmaron la gravedad del cuadro.
Ante la urgencia del caso, las autoridades sanitarias coordinaron en las primeras horas del viernes el traslado aéreo en helicóptero sanitario de la Provincia de Buenos Aires hacia el Garrahan, centro de referencia nacional en atención pediátrica compleja.
La noticia del estado crítico de la niña generó una ola de solidaridad en toda la región, especialmente entre la comunidad educativa del Instituto Comercial Rancagua y la Escuela Primaria N° 54, que comparten edificio.
Vecinos, docentes, familias y alumnos comenzaron a organizar cadenas de oración y mensajes de apoyo a través de redes sociales, templos y grupos comunitarios, con la esperanza de una recuperación favorable.
“Estamos acompañando con el corazón a Catalina y su familia. Pedimos a toda la comunidad que se sume con una oración por su pronta mejoría”, expresaron integrantes del cuerpo docente del establecimiento, reflejando el sentimiento generalizado en Rancagua y Pergamino.
Mientras tanto, la investigación judicial sobre el incidente continúa a cargo del fiscal Fernando Pertierra, titular de la UFIyJ N° 1, quien dispuso pericias a cargo de Explosivos, Bomberos y Policía Científica para determinar las causas de la explosión y las responsabilidades correspondientes.
La comunidad aguarda con expectativa y preocupación las novedades médicas que surjan desde el Garrahan, mientras se mantiene firme el pedido colectivo: rezar por Catalina y acompañar a su familia en este momento tan difícil.