La Legislatura bonaerense revisará el cronograma electoral 2025. Se convoca a una reunión clave con jueces y funcionarios para evaluar cambios normativos.
Junta Electoral de la Provincia de Buenos Aires
LAOPINIONElecciones 2025: La Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires se prepara para discutir uno de los temas más sensibles del año electoral: la posible modificación del cronograma previsto para las elecciones generales. Ahora se cita a una reunión informativa para el próximo martes.
A través de una convocatoria formal, la Comisión de Reforma Política y del Estado, presidida por el diputado Emiliano Balbín, citó a una reunión informativa que se realizará el martes 29 de abril a las 11 de la mañana en la Sala 30 del Palacio Legislativo.
El encuentro reunirá a actores clave del proceso electoral: el juez federal con competencia en la provincia, el presidente de la Junta Electoral y el ministro de Gobierno. El objetivo declarado es analizar inquietudes sobre el cumplimiento del cronograma ya establecido para 2025 y, si fuera necesario, avanzar en la elaboración de normas complementarias o ajustes técnicos que garanticen la transparencia y la viabilidad del proceso.
Aunque no se ha filtrado aún ninguna propuesta concreta, en los pasillos de la Legislatura ya se habla de la posibilidad de reformular fechas vinculadas a la oficialización de listas, los plazos de campaña o incluso los términos para la instrumentación de la boleta única en el caso de la elección nacional. La reunión fue activada a partir de una nota enviada por la Junta Electoral el pasado 23 de abril y responde a una resolución tomada en Labor Parlamentaria ese mismo día.
La provincia de Buenos Aires votará este año en tres niveles distintos: diputados nacionales en octubre, y autoridades provinciales y municipales en una jornada electoral separada, en septiembre. Este desdoblamiento —que ya fue confirmado oficialmente— obliga a las fuerzas políticas a diagramar estrategias diferenciadas, pero también impone desafíos administrativos que podrían requerir retoques legales.
En la práctica, cada ajuste en el cronograma tiene consecuencias de fondo. No se trata solo de mover fechas en un calendario, sino de redefinir los tiempos políticos de la campaña, la logística de las autoridades electorales, y los márgenes de maniobra de los partidos para cerrar alianzas, inscribir candidaturas y comunicar sus propuestas.
Por eso, la reunión del próximo martes será una especie de primera señal oficial sobre qué tan dispuesto está el sistema político a tocar el calendario, y con qué argumentos lo haría. Para algunos sectores, podría tratarse de una simple adecuación técnica; para otros, una jugada con lectura política en medio de un año decisivo.
Las próximas semanas serán clave para saber si se consolidan los plazos tal como están o si se abre una discusión más profunda que termine reformando, aunque sea parcialmente, el cronograma electoral de la provincia más importante del país.