El Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Pergamino inició este lunes el juicio oral contra un hombre de 32 años acusado de intentar matar a su hija de 9 años durante un violento episodio doméstico ocurrido en octubre del año pasado en la ciudad de Colón.
 
    La Fiscalía sostiene que el acusado habría asfixiado a la niña y que no la mató sólo por la intervención de su madre y de vecinos. La defensa, en cambio, plantea que se trató de un reto desmedido y que el hecho debe ser considerado una lesión leve.
 
   La jueza Marcela Santoro preside el Tribunal Oral N° 1 junto a los magistrados Guillermo Burrone y Carlos Picco. En el banquillo de los acusados se encuentra Franco Esteban Calabrese, de 32 años, imputado por el delito de  tentativa de homicidio calificado por el vínculo, figura que prevé una severa pena de prisión. La acusación está a cargo del fiscal Germán Guidi, mientras que la defensa del  imputado es ejercida por el defensor oficial Lisandro Gargulinski.
 
   La primera audiencia y los lineamientos del juicio oral
 El debate oral comenzó formalmente con la identificación de los jueces, las partes y del acusado, quien confirmó tener séptimo grado de instrucción y declaró estar desocupado. Tras las formalidades iniciales, se dio paso a los alegatos de apertura, donde la Fiscalía y la defensa expusieron las líneas generales de sus teorías del caso.
 
  El fiscal Germán Guidi adelantó que buscará demostrar “más allá de toda duda razonable” que Calabrese actuó con dolo homicida, es decir, con intención de matar. Según la acusación, el hecho ocurrió la noche del 21 de octubre de 2023, alrededor de las 20:00, en la vivienda familiar ubicada en las calles 10 y 54 de Colón, donde el acusado vivía junto a su pareja Daniela Farías y sus hijos.
 De acuerdo con el relato fiscal, el imputado tomó a su hija Maitena, de 9 años, del cuello con ambas manos y la presionó violentamente durante una discusión. El intento de homicidio no se consumó “por circunstancias ajenas a su voluntad”, ya que la madre intervino y logró que soltara a la niña, con la ayuda de familiares y vecinos que acudieron al escuchar los gritos.
 La menor sufrió lesiones compatibles con compresión en el cuello, aunque de carácter leve. Pese a ello, el Ministerio Público sostiene que el modo de ataque y la fuerza aplicada revelan una clara intención homicida. Guidi fue contundente: “Si no hubieran intervenido terceros, hoy estaríamos ante un juicio por homicidio calificado”.
 La Fiscalía invoca antecedentes y busca probar el dolo homicida
 El fiscal sostuvo que las pruebas a producir durante el debate permitirán establecer que Calabrese actuó con violencia desmedida y con plena conciencia de que podía quitarle la vida a su hija. También adelantó que presentará antecedentes de episodios previos de violencia doméstica, ocurridos con su pareja, que –según la acusación– evidencian un patrón de comportamiento impulsivo y agresivo.
 Guidi aclaró que las circunstancias fácticas —dónde, cuándo y cómo ocurrieron los hechos— ya fueron admitidas por las partes en la audiencia preliminar. Lo que se mantiene en discusión es la intención: si el acusado quiso matar o si se trató de un exceso en un contexto familiar.
 El fiscal insistió en que el dolo homicida se acreditará a partir del análisis de la conducta y las pruebas testimoniales que se escucharán en las próximas audiencias. La acusación se sostiene bajo la figura de tentativa de homicidio calificado por el vínculo, contemplada en el artículo 80 inciso 1 del Código Penal.
 La defensa cuestionó la calificación y habló de “exageración fiscal”
 En su exposición inicial, el defensor oficial Lisandro Gargulinski planteó que la acusación de intento de homicidio “es una exageración” y adelantó que pedirá la recalificación legal del hecho a lesiones leves. “No negamos que existieron lesiones en el cuello de la menor, pero fueron leves y sin riesgo vital”, sostuvo el letrado ante los jueces.
 Gargulinski explicó que el episodio se dio en el marco de la convivencia familiar y que su defendido actuó en un momento de tensión emocional, sin intención de causar un daño grave. La defensa estructuró su estrategia en dos planos:
 Negar el dolo homicida, sosteniendo que no existió voluntad de matar.
 Plantear circunstancias extraordinarias de atenuación, en caso de que el tribunal entienda que existió una conducta delictiva más allá de las lesiones.
 El abogado recordó que desde el inicio de la causa la defensa mantiene una misma línea: que el hecho no puede ser considerado un intento de homicidio por la naturaleza de las lesiones, por la rápida intervención de la madre y porque no existió ningún medio que agravara la acción, como el uso de un arma o la persistencia del ataque.
 El testimonio de la madre de la niña
 En la primera jornada también declaró Daniela Farías, madre de la menor y pareja del acusado, quien brindó un testimonio clave ante el Tribunal. La mujer relató los momentos de tensión que se vivieron aquella noche y describió cómo logró separar a su hija del agresor.
 Según su testimonio, el episodio comenzó cuando la niña insistió en ir hasta un kiosco cercano, algo que su padre le había prohibido. Ante la desobediencia, Calabrese se exaltó y la tomó del cuello con ambas manos. “Yo lo miro, me tiro sobre él, meto mis manos en las de él y logro sacársela”, contó la mujer.
 Farías recordó que gritó “¡auxilio!” y que sus familiares —una tía y un tío— acudieron rápidamente a ayudarla. Los vecinos también se alertaron y, según la testigo, algunos gritaban desde la vereda: “¡Le pega, le pega!”. Finalmente, el forcejeo terminó en la calle, donde el hombre soltó a la niña.
 La madre llevó de inmediato a la menor al hospital local, donde los médicos constataron eritemas y lesiones contusas leves en el cuello.
 Lo que viene
 El juicio continuará esta semana con la recepción de más testimonios de familiares, vecinos y personal policial que intervino en la noche del hecho. Posteriormente, se prevé la exposición de peritos médicos y psicólogos, quienes evaluarán tanto la magnitud de las lesiones como el impacto emocional en la niña.
 El Tribunal Oral N° 1 deberá resolver si las pruebas acreditan la existencia de dolo homicida —tal como sostiene la Fiscalía— o si se trató de una agresión sin intención de matar, como postula la defensa.
 El fallo podría conocerse hacia finales de la próxima semana, una vez concluido el debate y presentados los alegatos finales de las partes.