Douglas Haig atraviesa uno de los momentos más delicados de los últimos años dentro del Torneo Federal A. Este viernes, desde las 20:30, se presentará ante su gente en el "Miguel Morales” con la obligación de mostrar señales de reacción y cortar una seguidilla preocupante que lo tiene sumido en el fondo de la tabla: seis derrotas en fila y 10 partidos sin conocer la victoria.
El partido ante Juventud Antoniana de Salta, correspondiente a la octava fecha de la Zona B de la Segunda Fase, no moverá el amperímetro en cuanto a la clasificación, ya que el Rojinegro ya no tiene chances matemáticas de alcanzar la clasificación a la Tercera Fase (cuartos de final), pero sí es una enorme oportunidad para comenzar a reconstruir el ánimo y empezar a trabajar con una mirada más optimista de cara a la Reválida, que pondrá en juego el segundo ascenso a la Primera Nacional.
Necesita un punto de inflexión
Los números son elocuentes y duros: con cero puntos en seis partidos jugados en esta Segunda Fase, el “Fogonero” ocupa el último puesto en la tabla y es el único equipo del grupo que no logró sumar. Además, con seis caídas consecutivas, igualó su peor racha histórica, la cual se había registrado en la temporada 1998/1999.
A eso se suma una racha total de 10 encuentros sin ganar, incluyendo las últimas fechas de la Primera Fase. Desde hace varias semanas, el “Rojinegro” está eliminado de la lucha por el primer ascenso, lo que obligó a poner el foco en el futuro inmediato y en la necesidad urgente de un cambio de rumbo.
El lunes, en Chivilcoy, Douglas Haig disputó un partido clave en lo anímico frente a Independiente, un rival que venía con tres derrotas consecutivas. Fue el debut oficial de Sebastián Cejas como director técnico del conjunto pergaminense, tras la salida de Adrián Aranda (luego Damián Bastianini lo dirigió en forma interina dos partidos).
Aunque la derrota 2 a 0 volvió a dejar al equipo con las manos vacías, el “Rojinegro” mostró una mejor versión en la primera etapa. Presionó bien arriba, recuperó rápido la pelota y generó situaciones claras. Sin embargo, volvió a pecar de falta de eficacia y sufrió en su propia área: Independiente aprovechó una de sus pocas llegadas y se puso en ventaja a los 33 minutos con un tanto de Tomás Rodríguez.
En el complemento, el equipo no logró sostener el nivel, se desdibujó con el correr de los minutos y, a los 34 del segundo tiempo, Alan Sosa puso cifras definitivas con el segundo tanto del local. La falta de respuestas ofensivas volvió a repetirse y expuso una de las principales falencias: la carencia de peso en el área rival.
A pesar de la nueva caída, el cuerpo técnico rescató algunos aspectos positivos del funcionamiento y apostaría a repetir el equipo titular este viernes ante Juventud Antoniana aunque con un cambio en el esquema, que pasaría a 4-2-3-1. Así, el once sería: Ezequiel Bacher; Boris Magnago, Agustín Pezzi, Nicolás Bazzana, Mariano Mauri; Brian Meza, Gonzalo Baglivo; Emiliano Bogado, Mauro Ponce de León, Santiago Gutiérrez; y Fabricio González.
El rival: Juventud Antoniana
Juventud Antoniana llega a este encuentro ubicado en la sexta posición con siete unidades y aún mantiene esperanzas de meterse en el Top 4 de la zona y avanzar a los cuartos de final (Tercera Fase). En la última fecha, dio el golpe al derrotar en casa a Atlético Rafaela, uno de los líderes del grupo, por 2 a 0. Con ese resultado, el “Santo” de Salta recuperó confianza y ahora intentará trasladar esa buena imagen al terreno del “Miguel Morales”, donde sabe que enfrentará a un rival golpeado pero necesitado.
Chance para empezar a cambiar
Para Douglas Haig, este duelo no se mide en puntos, sino en señales. Señales que inviten a los hinchas a volver a creer en este plantel, y al cuerpo técnico a encontrar una base sólida para encarar la Reválida con mayores certezas.
El club necesita torcer la historia, cortar la peor racha en más de dos décadas y volver a sumar. Con su gente como respaldo y con el estreno del nuevo cuerpo técnico en casa, el partido de esta noche puede marcar el inicio de otro camino. Uno que, aunque no conduzca al primer ascenso, puede devolverle el alma competitiva a un club que lo necesita más que nunca.