Los trabajadores de la educación están sufriendo la violencia de la sociedad y se encuentran en un momento de extrema vulnerabilidad; tal como dejan trascender en forma anónima los docentes afectados por episodios de agresiones verbales, psicológicas y físicas que se manifestaron en la Escuela Primaria 63 de la Unidad Académica del Colegio Normal estos días.
Una situación extrema llevó al límite de la tolerancia de convivencia entre una educadora, que forma parte del equipo directivo, y una mujer que pertenece la comunidad educativa al ser familiar de un integrante del alumnado de nivel primario.
La docente tuvo que hacer una denuncia en sede policial y requerir una medida perimetral de prohibición de acercamiento como medida preventiva de su integridad.
Gran trabajo de esa Escuela
El gran trabajo pedagógico y de asistencia a los alumnos con un seguimiento de la evolución académica de toda la matrícula con una gran cercanía del trabajo del plantel de educadores se vio empañado por esta violenta agresión por parte de una persona que tendría que estar acompañando la formación escolar en lugar de atacar a maestras o directivos.
Las educadoras prefieren mantener reservas sobre los detalles de lo ocurrido y lo único que pueden visibilizar es la sensación de desamparo ante manifestaciones de ataques personales.
Las voces que se manifestaron pidiendo reserva de identidad coincidieron en que en la Escuela están desarrollando un trabajo solitario y desprotegido, donde desde hace mucho tiempo ponen en riesgo la integridad física para proteger la de menores en estado de vulnerabilidad que asisten a clases.