Desde el pasado viernes, el Puerto San Pedro atraviesa uno de los episodios más críticos de su historia operativa: el varamiento del buque Yasa Tokyo, que transportaba 33 mil toneladas de trigo, dejó inoperativo el canal de acceso y paralizó completamente la actividad comercial.
El incidente no solo afecta a los cargadores y exportadores, sino que compromete la continuidad misma de las operaciones portuarias en el corto y mediano plazo.
Emergencia logística: sin cargas, sin ingresos.
El Yasa Tokyo es el epicentro de una cadena de consecuencias económicas que comienza con los 25 a 30 mil dólares diarios que cuesta mantener un buque amarrado sin actividad. A esto se suman los costos indirectos: camiones detenidos, contratos demorados, mercadería varada, operadores sin tareas. El puerto no tiene margen de espera.
“Hay que dragar o dragar”.
El presidente del Consorcio de Gestión del Puerto, Carlos Casini, fue claro: “No hay antecedentes de una variación de profundidad como la que sufrimos”. Con esta frase, reconoce que no hay solución sin dragado de emergencia, una operación compleja que requiere fondos millonarios que hoy la provincia no tiene disponibles.
Casini viajó esta semana para gestionar recursos con autoridades provinciales, consciente de que el tiempo juega en contra y que la recuperación operativa depende de una respuesta inmediata.
Alternativas en análisis: ¿son viables?
La única opción en curso para no detener por completo el flujo comercial es la utilización de barcazas de 3.000 toneladas, una solución parcial que permitiría mantener algunos movimientos en el muelle. Sin embargo, esta estrategia apenas representa un parche ante un problema estructural: la falta de mantenimiento y dragado sostenido en el canal.
En riesgo: la temporada de legumbres y las futuras exportaciones.
El calendario logístico prevé para agosto el inicio de la exportación de legumbres, una de las temporadas clave para el puerto y la región. Sin solución a la vista, toda la programación está en peligro, lo que significaría un golpe directo a los productores y operadores que ya han comprometido contratos y logística.
Una postal de la infraestructura olvidada.
El episodio del Yasa Tokyo es una señal de alarma: el sistema portuario provincial no resiste imprevistos. La falta de dragado periódico, de planificación presupuestaria y de un fondo de contingencia deja expuestas las terminales más vulnerables. San Pedro, con un rol clave en las economías regionales, necesita respuestas estructurales y políticas públicas sostenidas. No puede ser que un incidente determine el parate total de las exportaciones.