Después de cuatro años sin atención, reabrió el centro de salud de Villa Angus en Zárate. Agustín Bravo, vecino del barrio y enfermero, lidera la reapertura.
Villa Angus: Salita de enfermería de la ciudad de Zarate
LAOPINIONEn medio de una coyuntura donde el acceso a la salud pública enfrenta desafíos en todo el país, una noticia alentadora llega desde Zárate: el barrio Villa Angus volvió a contar con su centro de atención primaria, reabierto por el impulso y la vocación de un joven enfermero de la comunidad.
El espacio, conocido por generaciones como “la salita de Villa Angus”, permanecía cerrado desde el inicio de la pandemia en 2020, cuando falleció su histórico referente, José “Pibito” Oviedo. Durante años, el edificio permaneció en desuso, dejando al barrio sin un punto de asistencia sanitaria cercano.
Pero el panorama cambió en los últimos días gracias a Agustín Bravo, enfermero especializado en emergencias médicas y estudiante de medicina, quien decidió poner manos a la obra. “Mi idea era recuperar este lugar para que vuelva a cumplir la función que siempre tuvo: cuidar a nuestra gente”, contó. Luego de conversar con quienes habían gestionado el espacio en el pasado y obtener su apoyo, comenzó a trabajar junto a vecinos para poner la salita en condiciones.
Desde ahora, la salita atenderá los lunes, miércoles y viernes de 8 a 12 horas. Los servicios incluyen control de presión arterial, curaciones menores, atención primaria y vacunación (siempre con orden médica). Aunque las prestaciones son básicas, para muchos vecinos representa un paso fundamental para acceder a cuidados que antes implicaban traslados largos o costos imposibles de cubrir.
“Como decía Favaloro, la salud es para todos. Y nosotros queremos garantizar eso, aunque sea con lo mínimo, pero con corazón”, remarcó Bravo. Su compromiso no solo es profesional: nació y creció en Villa Angus, y conoce de primera mano las necesidades del barrio.
La puesta en marcha de la salita fue posible gracias al trabajo colectivo. Vecinos y vecinas colaboraron con lo que pudieron: gasas, alcohol, termómetros, artículos de limpieza. Esa solidaridad inicial permitió abrir las puertas, pero el desafío de sostener el servicio sigue vigente.
Quienes deseen colaborar con donaciones de productos de higiene, primeros auxilios o insumos médicos pueden acercarlos directamente al lugar durante los días y horarios de atención. “Este es un proyecto del barrio para el barrio”, subrayó Agustín.
Con esta reapertura, Villa Angus no solo recupera un servicio esencial, sino también un símbolo de comunidad y resiliencia. En tiempos complejos, la iniciativa individual vuelve a demostrar que el compromiso con el otro puede marcar una diferencia.