Este año, el Día del Almacenero encuentra al rubro en un escenario económico muy distinto al de años anteriores. Con la inflación en niveles mínimos, los consumidores dejaron de correr al supermercado para llenar el changuito apenas cobraban, y comenzaron a privilegiar las compras de todos los días en los negocios de cercanía. Así lo explicó el presidente de la Cámara de Alimentarios de Pergamino, Nelson Figueredo: “Hoy por hoy el comercio de proximidad, ya sea autoservicio o almacén, se ve beneficiado en que como no hay inflación, la gente no va corriendo a comprar un changuito cuando cobra para ganarle a la inflación. Eso ya no lo hace, entonces va comprando lo necesario en el comercio de proximidad, que le queda más cerca. Y ahí advierte que los precios son más o menos los mismos que en las grandes superficies, por lo que no tiene que andar perdiendo tiempo”.
Además, la ausencia de fuertes incrementos en los alimentos también ha significado un alivio para el comerciante: “Prácticamente no hay inflación en los alimentos, es muy ínfima. Entonces el comerciante no se descapitaliza, porque con lo que vendió puede reponer mercadería, cosa que con inflación no pasaba”, explicó.
¿Resurgimiento o resiliencia?
Muchos podrían hablar de un “resurgimiento” del almacén de barrio. Sin embargo, Figueredo prefiere otra definición: “Yo no diría resurgimiento, porque el comercio de proximidad ha sabido atravesar momentos muy difíciles de la economía argentina. Siempre digo que son grandes pilotos de tormenta. Han sabido subsistir incluso en épocas en las que estaban muy controlados y pudieron salir adelante igual”.
En Pergamino y la región, no se registra un cierre masivo de comercios: los que bajaron la persiana lo hicieron, en su mayoría, por motivos personales o porque decidieron cambiar de rubro.
Adaptación a los tiempos digitales en Pergamino
El almacenero barrial también supo aggiornarse a los nuevos tiempos. Hoy operan con billeteras virtuales y promociones bancarias, respondiendo a las exigencias de los consumidores.
“Se han adecuado muy rápido a los tiempos nuevos. Operan con billeteras virtuales, con promociones de bancos que el consumidor exige. Eso ayudó mucho y les permite subsistir de buena manera”, indicó Figueredo.
La histórica libreta de fiado también encontró su equivalente moderno: “Los tiempos cambian y la libreta del almacenero pasó a ser una tarjeta. Pero en definitiva, el comercio barrial sigue estando para darle una mano al vecino. En muchos casos, aunque no haya una libreta formal, existen cuadernos donde los comerciantes anotan a quienes no llegaron a fin de mes. Eso sigue estando presente”.
Competencia con supermercados
Con la estabilización de precios, los almaceneros volvieron a competir con los hipermercados desde otro lugar. Ya no se trata solo de conveniencia, sino de tiempo, cercanía y trato humano.
“Hoy están compitiendo con las grandes superficies y están ganando terreno. Porque la gente opta por comprar día a día lo que necesita y no perder tiempo en colas o viajando lejos. Y se da cuenta de que no hay diferencia en los precios como para justificarlo”, remarcó Figueredo.
La proximidad como valor
Más allá de los números, la verdadera fortaleza del almacenero es la empatía con su comunidad.
“¿Por qué la palabra proximidad? Porque no solo es el almacenero del barrio, sino el que comprende, el que entiende, el que se pone en el lugar del otro porque está en la misma situación”, señaló el presidente de la Cámara.
Esta cercanía se refleja incluso en la política de precios. Desde la Confederación Nacional se recomienda no aumentar de manera injustificada, y los comerciantes de proximidad suelen respetarlo: “Nuestros comerciantes no aumentan por aumentar. Porque son ellos los que tienen que dar la cara con el vecino. A diferencia de los supermercados, que modifican precios en un sistema, el almacenero responde con responsabilidad porque sabe que está frente al consumidor todos los días”, explicó.
Mensaje en el Día del Almacenero
De cara a la celebración, Figueredo envió un mensaje esperanzador al sector:
“Que sigan como van, que saben muy bien cómo mantener su negocio y su venta. Que no se pierdan oportunidad de ayudarse en forma permanente, porque eso es lo que nos mantiene vivos y en pie”.
Desde la Cámara de Alimentarios de Pergamino, junto a la Federación Económica, la CAME y la Confederación General de Almaceneros, se trabaja en brindar herramientas para afrontar los cambios en los hábitos de consumo.
“Estamos permanentemente ofreciendo capacitaciones en marketing, e-commerce, y todas las herramientas necesarias para que el comercio barrial pueda seguir compitiendo y adaptándose a los nuevos tiempos”, concluyó Figueredo.