En los últimos días, comenzaron a viralizarse encuestas de intención de voto que llegan a los usuarios a través de WhatsApp, Facebook e Instagram, generando preocupación entre expertos en estadística y ciberseguridad. Aunque a simple vista parecen simples formularios anónimos para medir tendencias electorales, podrían esconder intenciones fraudulentas o manipulaciones políticas.
A casi 30 días de las elecciones del 7 de septiembre, crece la preocupación por encuestas que circulan por redes sociales. Profesionales advierten que pueden ser falsas o utilizadas para robar datos personales.
Encuestas virales: ¿información o manipulación?
Los formularios aparecen en grupos de WhatsApp, cuentas de Instagram o como publicaciones pagadas en Facebook, y prometen reflejar “el sentir del electorado” de cara a los comicios del 7 de septiembre, donde se elegirán cargos provinciales y municipales.
Sin embargo, especialistas advierten que estas herramientas, si no son realizadas por encuestadoras reconocidas y verificables, pueden manipular resultados o, peor aún, utilizarse para robar datos personales de quienes participan.
“El problema no es solo que los resultados sean falsos. El riesgo es que alguien esté recolectando información privada bajo la excusa de una encuesta”, explican desde el ámbito académico.
Mecanismos de fraude: desde bots hasta navegación de incógnito
Expertos en estadística señalan que hay al menos una docena de formas de manipular una encuesta digital, entre ellas:
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Difusión masiva entre militantes para inflar artificialmente los votos de un candidato.
Acceso desde pestañas en modo incógnito para repetir el voto.
Campañas organizadas para alterar resultados desde distintas ubicaciones IP.
Creación de formularios anónimos sin control de geolocalización ni filtro por domicilio electoral.
Además, cuando el sistema solicita acceder con una cuenta de Google, Facebook o Instagram, los riesgos de phishing o suplantación de identidad se incrementan. “No hay ninguna garantía de que esa encuesta no esté recolectando más que opiniones”, advierten.
¿Qué encuestas son confiables?
A diferencia de las encuestas virales, los especialistas aseguran que los relevamientos presenciales, realizados por encuestadoras conocidas y con trayectoria, son los que ofrecen mayor confiabilidad. Esto se debe a que respetan criterios estadísticos como el muestreo por cuotas, el control geográfico y el margen de error estimado.
“La experiencia indica que las encuestas más certeras son las que se hacen cara a cara, con metodología validada y con responsabilidad profesional. Todo lo demás puede ser parte de una estrategia de propaganda o, directamente, una estafa”, subrayan.
Una advertencia necesaria
A un mes de las elecciones, es clave que los ciudadanos no se dejen engañar por este tipo de iniciativas. Aunque la tecnología puede ser una aliada en los procesos democráticos, también puede ser una herramienta de manipulación cuando cae en manos equivocadas.
La recomendación es clara: no completar encuestas sin saber quién las hace, no compartir datos personales, y desconfiar de aquellas que piden iniciar sesión con redes sociales. La transparencia electoral empieza por cuidar cada clic.