miércoles 10 de septiembre de 2025

Condenaron a cinco implicados en el crimen mafioso del chofer del sindicalista de Colón Pablo Ansaloni

El homicidio de Mauricio Cordara fue asesinado por sicarios vinculados al cártel rosarino Los Monos y lo mataron por error, ya que el blanco sería su jefe.

10 de septiembre de 2025 - 13:10

El homicidio perpetrado por sicarios vinculados al cártel narco de Los Monos tuvo sus primeros cinco condenas a varios de los involucrados en el crimen por encargue mal ejecutado que tuvo como víctima a la persona equivocada, Mauricio Cordara, el chofer de un sindicalista y legislador colonense.

El Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 del Departamento Judicial Pergamino dictó este viernes sentencia condenatoria contra cinco de los imputados en el brutal homicidio de Mauricio Cordara, chofer y colaborador cercano del dirigente sindical y diputado nacional Pablo Ansaloni.

El hecho, ocurrido la noche del 18 de noviembre de 2022 en la ciudad de Colón, fue investigado desde el inicio por la Fiscalía de Colón, a cargo de la doctora Magdalena Brandt, y tuvo como característica distintiva su planificación mafiosa con conexiones directas a la organización criminal rosarina conocida como “Los Monos”.

El crimen

Eran alrededor de las 22 cuando Cordara, de 42 años, se encontraba frente a la vivienda de Ansaloni, en calle 20 de Colón, acompañado de familiares. Había llegado a bordo de un automóvil particular cuando, de manera sorpresiva, un Fiat Palio rojo se detuvo a pocos metros. Desde el vehículo descendió un hombre que, sin mediar palabra, abrió fuego con un arma de grueso calibre. En total, nueve disparos impactaron en la víctima, que cayó abatida en el lugar, sin posibilidad de recibir asistencia médica.

El ataque, registrado por cámaras de seguridad de la zona y presenciado por testigos directos, mostró desde el primer momento los signos de una ejecución por encargo. El tirador actuó con precisión, sin buscar robar pertenencias ni mediar discusión, y huyó inmediatamente a bordo del mismo automóvil en el que había llegado.

La instrucción de la fiscal Magdalena Brandt

Desde el inicio, la fiscal Brandt orientó la investigación hacia la hipótesis de un homicidio mafioso vinculado a la interna sindical de UATRE, gremio al que pertenecía Ansaloni, con la participación de sicarios ligados a Los Monos. La reconstrucción del itinerario del Fiat Palio, que había sido robado en Rosario y trasladado hasta Colón con patentes falsas, fue un punto clave para identificar a los implicados en la logística del hecho.

Mediante el análisis de antenas de telefonía, escuchas judiciales, registros de cámaras de seguridad y testimonios, la fiscalía logró individualizar a quienes colaboraron en la preparación, ejecución y encubrimiento del asesinato. Un hallazgo decisivo fue el de una prenda de vestir –un polo celeste– encontrada en la casa de uno de los acusados, que presentaba rastros genéticos vinculados al presunto autor material de los disparos, aún pendiente de juicio en otra causa.

La causa y el juicio abreviado

La fiscal Brandt llevó adelante la instrucción con el acompañamiento de la Policía de Investigaciones y la DDI Pergamino-Colón, y logró sostener la acusación contra cinco de los implicados en calidad de partícipes secundarios o encubridores. Frente a la contundencia de las pruebas, las defensas acordaron con el Ministerio Público un juicio abreviado, que fue homologado este viernes por el juez Carlos Picco, subrogante del Tribunal Oral en lo Criminal N° 1.

En ese marco, los imputados reconocieron su participación en los hechos y aceptaron las penas solicitadas por la fiscalía.

Las condenas

El juez Carlos Picco dictó sentencia y dispuso las siguientes penas de cumplimiento efectivo:

Iván Alonso: 12 años y 6 meses de prisión como partícipe secundario. Se comprobó que tuvo intervención en el traslado de los sicarios y en la guarda de ropa vinculada al autor de los disparos.

Julián Gómez: 8 años y 6 meses de prisión. Declarado reincidente por segunda vez, lo que agrava su situación procesal.

Blas Sosa: 6 años de prisión, también con la declaración de reincidencia.

Fernando Burgos: 6 años de prisión.

Ramón Vallejos: 4 años de prisión por encubrimiento agravado, dado que fue hallado en posesión del Fiat Palio utilizado en el crimen, vehículo que había sido robado en Rosario.

Los condenados fueron trasladados nuevamente a unidades penitenciarias para cumplir sus penas.

El trasfondo y las incógnitas

Aunque la sentencia acredita la mecánica del hecho y la responsabilidad de los partícipes, el móvil político y sindical que habría motivado el ataque no fue materia del debate judicial. La fiscalía se concentró en reconstruir la autoría material y logística del asesinato, sin profundizar en la disputa gremial interna que, de acuerdo con la hipótesis investigativa inicial, podría haber dado origen al crimen.

El propio perfil de la víctima refuerza esa lectura: Cordara no tenía antecedentes ni vínculos con actividades ilícitas, sino que cumplía funciones de chofer y asistente personal de Ansaloni. Su asesinato, en consecuencia, es interpretado por los investigadores como un error de ejecución dentro de un plan que tenía como objetivo intimidar o atentar contra el dirigente sindical.

La violencia mafiosa más allá de Rosario

El caso Cordara tuvo un fuerte impacto no solo en Colón, sino en toda la región norte de la provincia de Buenos Aires. Se trató de un crimen con sello mafioso, planificado por actores externos a la ciudad, que mostró la capacidad de Los Monos para desplegar violencia extrema fuera de Rosario.

El juicio abreviado cierra una etapa procesal, pero el hecho sigue dejando preguntas abiertas sobre la permeabilidad de las disputas sindicales a las dinámicas del crimen organizado. También plantea un interrogante sobre las medidas de seguridad y protección de dirigentes gremiales y sus entornos frente a este tipo de amenazas.

Un caso que marcó a Colón

El asesinato de Cordara conmovió profundamente a la comunidad colonense, donde el trabajador era conocido por su perfil sencillo y su actividad en el ámbito gremial como colaborador de Ansaloni. La violencia desatada aquella noche de noviembre de 2022 quebró la tranquilidad de la ciudad y dejó en evidencia la presencia de lógicas criminales ajenas al territorio, pero capaces de operar en él con brutalidad.

Con las condenas dictadas, la Justicia avanza en dar respuesta a la sociedad. Sin embargo, el hecho sigue inscripto en la memoria colectiva como una advertencia sobre los riesgos de la penetración mafiosa en disputas políticas y gremiales.

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