Mientras Martín Menem buscaba tender puentes con sectores dialoguistas, el Poder Ejecutivo volvió a dinamitar cualquier posibilidad de consenso político.
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El Gobierno reglamentó parcialmente normas clave y tensó la negociación con bloques dialoguistas, que preparan su propio dictamen de Presupuesto 2026.
Mientras Martín Menem buscaba tender puentes con sectores dialoguistas, el Poder Ejecutivo volvió a dinamitar cualquier posibilidad de consenso político.
La reglamentación parcial de la ley del Garrahan y de la ley de financiamiento universitario, sin reasignación de partidas, desató un nuevo frente de conflicto con la oposición, que ya comenzó a elaborar un dictamen propio de Presupuesto 2026. El reclamo es claro: no habrá discusión fiscal mientras el Gobierno no cumpla con las leyes aprobadas por amplia mayoría en el Congreso.
El diputado Nicolás Massot, de Encuentro Federal, anticipó que la oposición presentará un dictamen con superávit fiscal del 0,9% —por debajo del 1,5% que plantea el texto oficial— financiado con rentas generales. La propuesta busca ofrecer previsibilidad económica pero, sobre todo, condicionar la negociación al cumplimiento de normas votadas en ambas cámaras.
En la reunión convocada por Menem para iniciar el debate presupuestario, los bloques dialoguistas exigieron además la presencia del ministro de Economía, Luis Caputo, para dar explicaciones en comisión. “Mientras el Ejecutivo siga desconociendo leyes aprobadas con el 75% de apoyo, será difícil avanzar”, advirtió Massot al salir del encuentro.
La tensión se amplificó con la postura de los gobernadores de Misiones, Río Negro y Salta, nucleados en Innovación Federal, que decidieron no asistir a la cumbre convocada por el oficialismo y reclamaron un encuentro aparte con Menem. El misionero Daniel Vancsik ya abrió esa vía con una reunión en Casa Rosada con Eduardo “Lule” Menem, un formato que podría replicarse con otros mandatarios.
También se desmarcaron los seis gobernadores de Provincias Unidas —Carlos Sadir, Ignacio Torres, Martín Llaryora, Gustavo Sáenz, Claudio Vidal y Maximiliano Pullaro—, que se negaron a participar y anticiparon que no asistirán a las siguientes reuniones. Exigen el cumplimiento de las tres leyes vetadas o demoradas por el Ejecutivo.
“Fuimos al diálogo con la mejor predisposición, pero dialogar no es aceptar imposiciones”, señaló el diputado cordobés Carlos Gutiérrez, cercano a Llaryora. Reclamó que se respeten las leyes aprobadas y que se incorporen las demandas de las provincias en materia previsional y productiva. El clima en el Congreso es de creciente desconfianza: los mandatarios provinciales evalúan sumarse al dictamen opositor o incluso presentar uno propio, lo que desarma la estrategia oficial de mostrar consenso.
A diferencia de la ley de emergencia en discapacidad, que el Ejecutivo promulgó y suspendió en el mismo acto alegando falta de fondos, esta vez no hubo suspensión formal, aunque sí se advirtió que las partidas “deberán definirse”. El gesto no alcanzó para frenar el frente judicial: los diputados Esteban Paulón y Mónica Fein ampliaron la denuncia por abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público contra Javier Milei, Guillermo Francos y Mario Lugones, sumando a Sandra Pettovello, Carlos Torrendel y Alejandro Álvarez.
Nicolás Massot sugirió que, en última instancia, podría intervenir la Corte Suprema, aunque esa hipótesis fue rechazada por Germán Martínez, jefe del bloque de Unión por la Patria, quien insistió en que el Congreso debe empoderarse en este conflicto institucional.
Martínez también agitó la posibilidad de avanzar con la moción de censura contra Guillermo Francos, recordando que Diputados ya dictaminó su interpelación. La oposición planea actualizar los fundamentos con la ley del Garrahan y la de universidades como nuevos motivos.
En menos de 24 horas, la mesa de diálogo quedó sepultada. Lo que el oficialismo imaginó como un gesto de apertura se convirtió en un choque frontal con los bloques que necesita para aprobar el Presupuesto 2026. Menem, a contrarreloj y con el calendario electoral respirándole en la nuca, intenta recomponer alianzas que parecen cada vez más frágiles.