La multinacional suiza confirmó el cierre de su planta en el Parque Industrial de Zárate. Despedirá a 50 trabajadores y reemplazará la producción local con importaciones desde Brasil. El fenómeno se repite en múltiples sectores. La empresa de origen suizo Clariant confirmó el cierre definitivo de su planta ubicada en el Parque Industrial de Zárate
Una medida que implicará el despido de alrededor de 50 trabajadores. La compañía informó que discontinuará su producción local para abastecer al mercado argentino mediante importaciones desde Brasil.
“Después de un análisis exhaustivo de la capacidad de producción, la viabilidad financiera y las diferentes alternativas ofrecidas por el segmento de la industria química y petroquímica en Argentina, Clariant ha decidido discontinuar su producción actual en Zárate”, señala el comunicado oficial que fue enviado a clientes y proveedores.
Reconfiguración regional: de producir en Argentina a importar desde Brasil
La compañía, especializada en químicos y especialidades industriales, cerrará también sus actividades de mezclas, como parte de una estrategia más amplia de reconfiguración regional. Aunque mantendrá su presencia comercial en Argentina, todo lo que antes se fabricaba en territorio nacional será ahora traído desde el exterior.
Hasta esta semana, existía incertidumbre sobre si la firma abandonaría completamente sus operaciones en el país o si optaría por un esquema mixto. Finalmente, Clariant eligió mantener su canal comercial pero prescindir de su estructura productiva local.
Un fenómeno que se extiende por el tejido industrial
El caso Clariant no es aislado. De acuerdo a estimaciones preliminares, el 80% del consumo en el país está siendo abastecido con productos importados, lo que afecta directamente a la industria nacional. Sectores como textil, calzado, juguetería y metalúrgico enfrentan una dinámica similar, con fábricas que operan a menos del 50% de su capacidad instalada.
El cierre de la planta de Zárate se convierte así en otro ejemplo visible del proceso de desindustrialización que atraviesa el país, donde la rentabilidad, los costos logísticos y la competitividad regional son los factores determinantes para las decisiones de las empresas multinacionales.
El impacto sobre las familias trabajadoras y la economía local es inmediato, pero también plantea interrogantes sobre el futuro productivo nacional frente a la creciente ola importadora.