Las fiestas de fin de año invitan a volver a las recetas de siempre, reunirnos alrededor de la mesa y celebrar en familia. Entre las opciones preferidas de los argentinos, el pollo y el cerdo se destacan por combinar tradición, accesibilidad y un perfil nutricional que los convierte en protagonistas indiscutidos de la temporada.
En un contexto donde se buscan alternativas ricas, saludables y rendidoras, ambas proteínas logran una excelente relación precio-calidad. Ofrecen cortes versátiles que se adaptan tanto a presupuestos ajustados como a menús más elaborados, permitiendo planificar comidas abundantes sin exceder el gasto. Además, están disponibles durante todo el año y se lucen en preparaciones frías o calientes, algo clave para los festejos de verano.
Para todos los gustos
Su flexibilidad gastronómica permite realzar sabores con marinadas sencillas, hierbas frescas, cítricos o especias suaves, sin necesidad de técnicas complejas ni largas cocciones.
Más allá de antiguos mitos, el pollo y el cerdo aportan proteínas de alta calidad, vitaminas del complejo B, minerales esenciales como hierro y zinc, y una gran variedad de cortes magros fáciles de digerir y adecuados para todo tipo de dietas. En el caso del cerdo, los avances en genética, nutrición y manejo lograron que muchos cortes tengan hoy un perfil graso más equilibrado que décadas atrás. En el pollo, los sistemas productivos modernos permiten obtener una carne magra, accesible y con un aporte proteico muy eficiente.