El Ministerio de Salud de la Nación anunció que a partir de 2026 la segunda dosis de la vacuna contra el sarampión se aplicará a los 18 meses, en lugar de a los 5 años. El objetivo es asegurar una protección temprana y más efectiva y un aumento en la efectividad de la estrategia.
Según el Gobierno nacional, la edad óptima para administrar la segunda dosis se basa en consideraciones programáticas para lograr mayor cobertura. “Esta gestión decidió dar este paso que implica una inversión de 4,2 millones de dólares y que se financiará con el ahorro logrado en la compra eficiente de la vacuna antigripal”, subrayó la viceministra de Salud de la Nación, Cecilia Loccisano en el marco de la reunión del Consejo Federal de Salud (COFESA).
Ante un contexto de circulación del virus en varios países de América, esta decisión disminuye el tiempo en el que los niños permanecen expuestos al contagio. La primera dosis brinda una protección del 80% y con la aplicación de la segunda dosis se alcanza una protección del 97%.
Por otro lado, se espera que permita también mejorar los índices de cobertura, ya que los menores de dos años están más cerca del sistema sanitario. Al realizarse controles de salud periódicos genera una ventana de oportunidad más amplia de captación para la vacunación, se informó en un comunicado.
El esquema de vacunación contra el sarampión se compone de dos dosis de la vacuna Triple Viral. Hasta el momento, la primera se aplica a los 12 meses y la otra a los 5 años. Con el cambio, la segunda se adelantará a los 18 meses, lo que implicará la superposición de cohortes de niños vacunados entre 2021 y 2024 durante tres años y medio, y un incremento de 300.000 dosis respecto de la compra habitual.
¿Qué es el sarampión y cuáles son los síntomas?
El sarampión es una enfermedad viral, eruptiva-febril de transmisión respiratoria y altamente contagiosa, que se disemina rápida y fácilmente de persona a persona. A veces puede ser letal.
Los casos de mayor gravedad se dan en niños menores de 5 años y personas con inmunocompromiso o desnutrición. La única manera de prevenirla es con la vacunación.
Las manifestaciones clínicas son: fiebre alta, manchas rojas en la piel, secreción nasal, conjuntivitis y tos. Puede presentar complicaciones como ser neumonía, convulsiones, meningoencefalitis y ceguera. No tiene tratamiento específico y es mortal en 1 a 2 casos cada 1000 personas no vacunadas.
Ante la presencia de fiebre y manchas rojas en la piel, consultá inmediatamente con profesionales de salud. No concurras a lugares públicos hasta que el profesional de salud te autorice.