Si históricamente la industria de los seguros se construyó sobre certezas verificables (como calcular probabilidades, evaluar daños y compensar pérdidas), hoy el desafío parece ir más allá de cubrir pérdidas económicas, el gran desafío de la época es garantizar certezas en un mundo donde la confianza se ha convertido en un recurso cada vez más escaso.
La irrupción de la IA, los deepfakes y la manipulación digital en efecto, ha erosionado el vínculo tradicional entre hechos y verdad.
Repensando los seguros para un mundo disruptivo
Un informe de Celent, empresa de investigación y asesora de instituciones financieras presenta el riesgo riesgo líquido como un nuevo paradigma, y una nueva lente para comprender un mundo donde el riesgo fluye a través de sectores y fronteras, desafía los modelos tradicionales y exige decisiones contextuales, modulares y en tiempo real.
Al rescate de la verdad
Desde la industria de los seguros coinciden en que en un mundo donde la verificación de lo real ya no es inmediata ni confiable, el sector se ve obligado a abandonar la lógica reactiva basada en estabilidad para evolucionar hacia un modelo proactivo y adaptativo donde la IA es protagonista.
“La IA aporta precisión, rapidez y personalización, mostrando al cliente que la aseguradora no solo protege su patrimonio, sino también su certeza en un mundo saturado de desinformación”, apuntan desde Celent.
Al mismo tiempo, explican que están apareciendo sistemas avanzados de verificación de identidad basados en firmas criptográficas, análisis de video y audio, y herramientas que combaten identidades sintéticas y deepfakes. “Para reforzar la protección, muchas aseguradoras implementan soluciones antifraude multicapa, que incorporan varios controles a lo largo del proceso de interacción con el cliente. Muchas veces el desafío radica en implementar la seguridad adecuada sin afectar negativamente la experiencia de cliente o usuario”, detallan.
Puntualmente el fraude digital es uno de los grandes desafíos que enfrenta la industria aseguradora, como reclamos basados en fotos retocadas, facturas falsas o incluso deepfakes empiezan a convertirse en parte del nuevo escenario de riesgo.
Frente a esto, soluciones tecnológicas emergen para reforzar la confianza y agilizar los procesos.
La era de la verdad líquida obliga al sector a reinventarse: dejar de ser un mero “pagador” de siniestros para convertirse en un garante de confianza. La adopción de IA, y modelos de suscripción dinámica marcan el rumbo de una transformación marcada por devolverle al cliente la certeza, aquello que hoy resulta más valioso y escaso.
Fuente: La Nación.