El productor ovino tiene capacidad para abastecer de carne al mercado durante todo el año, tal como lo hacen quienes cuentan con rodeos vacunos. Sin embargo, como bien lo describe el pergaminense Pablo Sorasio, "estamos acostumbrados solo a consumir ocasionalmente el corderito ?festivalero? de 10/12 kilos, cuando nos reunimos con familiares o amigos o para las fiestas de fin de año, lo cual limita la producción solo a ese eslabón de la cadena".
Cambiar esta modalidad es un objetivo que hace años productores ovinos están dispuestos a alcanzar como lo hicieron los productores de cerdos, pero chocan con una realidad que termina frustrando tal iniciativa. "Años atrás solo nos limitábamos a consumir el lechón, mientras que hoy vamos a la carnicería y tenemos la costeleta, la pulpa, el pechito, la costilla, la hamburguesa, la albóndiga, lo que vos quieras
Ese es el objetivo que nosotros queremos alcanzar, pero nos está costando porque los frigoríficos no quieren ocuparse del corte", explica Pablo Sorasio, propietario de una cabaña ovina que no por casualidad lleva el nombre de La Esperanza, ubicada en la localidad de Laborde, al sur de Córdoba, donde atesora la raza Hampshire Down, muy popular en todo el mundo debido a sus características físicas, productivas y reproductivas únicas. "Esta raza de ovinos tiene un perfil de conversión alimenticia impresionante y una gran adaptabilidad a diferentes climas y entornos, lo que la convierte en una excelente opción para criadores extra patagónicos", puntualiza.
No conforme con ello, Sorasio ha decidido sumar a su rodeo la raza Dorper de origen sudafricano, de gran fertilidad y con excelente calidad carnicera, para apuntalar su firme decisión de que el ovino se sume definitivamente a la canasta alimentaria, junto al vacuno, el cerdo y el pollo.
La base está
Partió con la raza Pampinta, al poco tiempo la enriqueció con Hampshire Dow y ahora potencia aún más la sangre de su majada con Dorper. Sin duda, la base esta y su sueño a un paso de cumplirse. Convencer a la industria frigorífica, movilizar a las autoridades sanitarias para que reglamenten la faena, armar cooperativas
No hubo puerta que Pablo Sorasio no haya golpeado para llegar a concretar su sueño, hasta que se le cruzó en el camino un productor tanto o más visionario que él.
"Estoy dándole forma a un proyecto conjunto con un reconocido productor y comerciante local que, precisamente, maneja todo el tema de chacinados, para llegar al público consumidor con cortes ovinos extraordinarios, tal como él lo hace exitosamente con sus cerdos". Con inocultable entusiasmo, cuenta su experiencia. "Hicimos una prueba y realmente salió muy muy buena y solo nos falta buscar un frigorífico cercano donde faenar y poder así llegar legalmente al comprador".