Este lunes, la tensión en Medio Oriente sumó un nuevo capítulo alarmante. Israel lanzó una serie de ataques en Teherán, apuntando directamente a objetivos icónicos del poder represivo del régimen iraní, en respuesta al lanzamiento de misiles iraníes contra territorio israelí tras la ofensiva estadounidense del fin de semana.
Entre los blancos alcanzados se encuentra la prisión de Evin, uno de los centros de detención más temidos de Irán, conocida por albergar a presos políticos, ciudadanos con doble nacionalidad y rehenes diplomáticos. También fueron atacadas las sedes de la Guardia Revolucionaria y de la milicia Basij, pilares del aparato de control interno del régimen.
“El dictador iraní será castigado con toda la fuerza”, afirmó el Ministerio de Defensa israelí. En paralelo, el canciller Gideon Saar sorprendió al citar al presidente argentino Javier Milei para celebrar el operativo: “Nuestra respuesta: ¡Viva la libertad, carajo!”.
La prisión de Evin bajo fuego
Medios iraníes confirmaron que la cárcel de Evin fue impactada por proyectiles israelíes. Las imágenes difundidas por la televisión estatal muestran humo y fuego en el portón de ingreso. Si bien no se reportaron muertos, familiares de rehenes y detenidos políticos expresaron su desesperación. “No sabemos si están vivos. Estamos en pánico”, declaró Noémie Kohler, hermana de una francesa encarcelada desde 2022.
Evin es administrada por la Guardia Revolucionaria y está bajo sanciones tanto de Estados Unidos como de la Unión Europea. El ataque, además de militar, fue simbólico: Israel golpeó el corazón mismo del aparato represivo del régimen de los ayatolás.
El trasfondo: Estados Unidos ya entró en la guerra
Todo comenzó el domingo con la Operación Martillo de Medianoche, ordenada por Donald Trump. Estados Unidos atacó los principales sitios nucleares iraníes (Fordo, Natanz e Isfahan) con bombas antibúnker de 13.000 kilos, lanzadas desde aviones B-2 y submarinos. El objetivo fue “devastar el programa nuclear iraní”, según el Pentágono.
Irán respondió lanzando misiles contra Israel, en una acción que llamó “Operación Promesa Verdadera 3”. Las explosiones se sintieron en Tel Aviv, Haifa y Jerusalén, aunque sin víctimas fatales reportadas.
Alarma mundial: ¿comienza una guerra regional?
Desde Bruselas, Berlín y Moscú llegaron llamados urgentes a la desescalada. El jefe del Estado Mayor iraní, Abdolrahim Mousavi, advirtió que los ataques de EE.UU. otorgan “carta blanca” a Irán para responder contra intereses norteamericanos en todo el mundo.
La vía diplomática parece cada vez más estrecha. El acuerdo nuclear de 2015 está muerto, y el ataque israelí a Evin marca un antes y un después: se rompió el tabú de atacar directamente dentro de Teherán.
El grito que da vueltas al mundo
La frase del canciller israelí, que citó literalmente a Javier Milei —“¡Viva la libertad, carajo!”— condensó el espíritu del momento: una mezcla de desafío, euforia bélica y convicción ideológica. Pero también dejó expuesta una verdad incómoda: la libertad no se invoca sin consecuencias.
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