Recuerda con entusiasmo y cierta cuota de nostalgia su paso por la Universidad Nacional de Rosario. “Yo estudiaba y trabajaba así que viajaba a diario desde Villa Constitución, cursaba las materias y al salir era un placer quedarme ‘cafeteando’ en lugares emblemáticos de Rosario con amigos de la vida”.
Su llegada a Pergamino
Cuando tomó la decisión de venirse a Pergamino, enseguida se insertó laboralmente. “La motivación para venirme fueron mis padres. Mi papá al poco tiempo falleció y fueron años difíciles para nuestra familia”, relata. Y cuenta que algunas experiencias que había tenido en LT24 Radio San Nicolás y en alguna emisora de circuito cerrado, más las herramientas que había tomado de su carrera universitaria le dieron las bases para incursionar en la radiofonía local. “Estando en LT24 había conocido a Ricardo Maleville, así que cuando me establecí acá lo llamé y le comenté que necesitaba trabajar. El me sugirió que hablara con Gustavo Pérez Ruiz que trabajaba en Radio Mon y así fue que empecé a trabajar en la AM de Pergamino”.
“Trabajaba a la noche, así conocí a Carlos Del Valle que hacía Candilejas, a José Alberto García, a José Antonio Bravo, a Eduardo Costamagna y a tantos otros de los que aprendí muchísimo”, menciona. Y prosigue: “Al frente de la emisora estaba Carlos Trincavelli padre. Fue él quien en una ocasión me asignó la tarea de imprimir los cables que llegaban por teletipo, seleccionarlos y prepararlos para el informativo de la mañana. En una ocasión me dijo: ‘Usted tiene buena voz, lea’. Y de repente comencé a leer las noticias en el informativo, además de hacer locución. Fue una hermosa experiencia”.
En paralelo Claudia comenzó a ejercer la docencia, tenía su título de profesora de nivel primario, y eso le dio las llaves para realizar suplencias en distintos establecimientos educativos. “En un momento no pude con las dos cosas y dejé de trabajar en la radio. Pero recuerdo mi paso por LT35 Radio Mon como una de las épocas más lindas de mi vida”.
Continuar su formación
Ya establecida en la ciudad, y siempre inquieta por el conocimiento, comenzó a estudiar la carrera de Trabajo Social en el Instituto de Formación Docente y Técnica N° 5, donde hoy es docente.
Más tarde, junto a Yanet Liló, Milka Bojanich y Beatriz Pereyra hizo la licenciatura en Trabajo Social en la Universidad del Salvador y comenzó a transitar un nutrido camino en el ejercicio de su profesión. En lo institucional fue parte del Colegio Profesional de Trabajadores Sociales, Distrito Pergamino. En el ámbito educativo, dejó el aula y se insertó en el cargo de orientador social, modalidad de psicología comunitaria y pedagogía social.
“Durante muchos años tuve mi cargo en el equipo de la Escuela N° 42, y luego concursé y asumí como directora del Centro de Educación Complementaria N° 801 del barrio Kennedy, cargo que ocupé hasta el año 2023 en que me jubilé y lugar en el que trabajé durante treinta años”, precisa y menciona que en el presente solo conserva horas en el Instituto de Formación Docente y Técnica N° 5, en la carrera de Trabajo Social.
La militancia política y gremial
De la mano de su labor docente, conoció a Susana Renati, secretaria general del Suteba, y a quien define como su “segunda mamá”. Con ella comenzó a transitar el camino de la militancia gremial. “Compartimos años de luchas intensas por causas que abrazamos con mucha pasión. Hoy hay derechos ganados por la sociedad que han sido la consecuencia de aquellas batallas que dimos”, comenta y lamenta que en el presente muchas cosas se perciban como “dadas”, ignorando el hecho de que han sido la resultante de muchos años de lucha.
Ideológicamente comprometida y honesta intelectualmente, siempre sintió vocación de participar socialmente para transformar la realidad. “En Pergamino comencé a militar en política, al principio fue en el marco de mi pertenencia gremial, milité en el Frente Grande, luego en el Frepaso y también fui secretaria adjunta de la Central de Trabajadores Argentinos, cuando Oscar Velázquez era el secretario general. Mi base era la Agrupación Celeste”.
Esa participación cimentó las bases que la llevaron en 2001 a integrar la lista de concejales en el marco de una alianza conformada por referentes de distintos espacios políticos y cumplió un mandato como concejal por el ARI hasta el año 2005.
Su experiencia en el Concejo
Al recordar su paso por el Concejo Deliberante reconoce que “fue una etapa dificilísima”, atravesada por el tiempo del “que se vayan todos”. “La actividad política estaba fuertemente cuestionada por la sociedad. No fue fácil, pero rescato mucho esa experiencia porque la concejalía me permitió trabajar por la gente a otra escala. Juré por la dignidad de los trabajadores y durante mi mandato lo social fue mi bandera”, refiere. “En esos años me dediqué exclusivamente a la política y cuando finalizó mi mandato, volví al llano y a mi trabajo”, continúa.
Tiempo después, la política volvió a convocarla, esta vez para trabajar en la articulación de programas del área de Políticas Socioeducativas de la Provincia de Buenos Aires, en la época en que Mary Sánchez estaba al frente de esa dependencia, durante la gestión de Mario Oporto. Al finalizar, regresó a su ejercicio profesional.
“Admiro la gente que hace carrera en la política. No es todo malo en la política, al contrario, y observo con tristeza que hoy falte tanto debate político, incluso a nivel local”, reflexiona, recordando la profundidad de los temas que se abordaban en aquellas largas sesiones del Concejo Deliberante.
“En ese período falleció mi mamá. Y cuando miro hacia atrás lo único de lo que me arrepiento es de haber dejado de compartir momentos bellos por la política”, agrega en una referencia personal. Y prosigue: “Salvo eso, no me arrepiento de nada, asumí un compromiso muy grande y creo que lo honré”.
La militancia, siempre en ella
Hoy, alejada de la política, reconoce que la militancia “se lleva siempre con uno”. “Lo que cambian son las expectativas y las causas, pero siempre la pelea es por los derechos de los más vulnerables. Hoy mi militancia es sembrar en los estudiantes la semilla de la inquietud”, añade.
Su presente y la vida personal
Formada en Trabajo Social y en Familia, en el presente retomó lo que consideraba una asignatura pendiente. “Estoy cursando la diplomatura en locución para medios audiovisuales en Eter, la escuela de Eduardo Aliberti, un periodista que admiro y a quien escucho desde los 20 años” En su tiempo libre se dedica a la jardinería. “Amo mi jardín y es mi mayor pasatiempo”, dice, mirando por el ventanal sus rosales florecidos en pleno otoño.
Entonces, la conversación se introduce en el universo íntimo. Los afectos ocupan un lugar central en la vida de Claudia, una mujer que no se casó ni tuvo hijos. “Fue un poco decisión propia, en mi generación había que cumplir un mandato y siempre fui un poco rebelde”, señala, dueña de su propia vida y generosa para querer a los demás.
“Tengo un amor, Alberto Street, un hombre al que conocí en Pergamino en una circunstancia casual y con quien comenzamos a construir una relación hermosa. El vive hace muchos años en España, en Tordera”. “El año pasado tuve la posibilidad de viajar, conocí a sus hijos Nahuel y Pol. Y en el verano él estuvo acá unos meses y volverá pronto”, menciona.
Consciente de lo que representa permitirse el amor “después de los 50”, lo vive plenamente. Asegura que la política fue un punto de anclaje para el encuentro y otras coincidencias anidaron para llevar el vínculo a buen puerto, a pesar de la distancia.
Al mencionar su viaje a España, describe cómo esa estadía les permitió conectarse con inquietudes que comparten: “Estando allá hice un voluntariado orientado a conocer cómo se ejerce el trabajo social en España. Descubrí que todo es muy diferente a cómo es acá. También tuve la posibilidad de participar con Alberto de algunas reuniones y asistir a eventos que me permitieron traerme mucho aprendizaje”.
A pocos días de cumplir sus 60 años, Claudia siente que tiene una buena vida. Afirma que sus amigas Susana y Marta Renati, Celia Segovia, Ana María Sánchez, Claudia Torregrosa, Beatríz Pereyra y Yanet Liló son “su familia”. También habla de esas tantas otras relaciones de amistad que ha cosechado y se siente afortunada.
Honra la memoria de los suyos y las causas que abrazó desde siempre. Con la templanza que da el paso del tiempo, reconoce que sigue siendo “un poco aventurera” y así se define: “Soy una mujer que ha luchado por los derechos de los más vulnerables, comprometida con las causas sociales y un poco aventurera. Agradecida porque he hecho lo que he querido siempre”.
“En la política y en la vida, elegí, acerté, me equivoqué, pude volver a empezar, lo que muestra que también soy bastante resiliente”, abunda y la entrevista, simplemente concluye, mostrando a corazón abierto esos atributos que constituyen su esencia.
Embed - Diario LA OPINION on Instagram: " Claudia Vigo: una vida de lucha, compromiso y coherencia Trabajadora social, docente, exconcejal, militante de los derechos humanos y defensora incansable de los más vulnerables. Desde Villa Constitución hasta Pergamino, Claudia eligió siempre el camino del compromiso social. Pasó por la radio, el aula, el Concejo Deliberante y distintas luchas gremiales y políticas. Fue directora del CEC N° 801 y hoy continúa enseñando en el Instituto N° 5. A punto de cumplir 60 años, celebra su historia con orgullo, amor y resiliencia. “Elegí, acerté, me equivoqué y volví a empezar. Siempre luchando por lo que creo justo.” Nota completa en @laopinionline -Link en bio- #ClaudiaVigo #HistoriasQueInspiran #CompromisoSocial #TrabajoSocial #Pergamino #MujeresQueLuchan #DerechosHumanos"
Embed - Claudia Vigo El abrazo a las... - Diario La Opinión