lunes 09 de junio de 2025

Adiós al ladrillo: qué hacer con los ahorros en 2025

En un contexto nuevo para la gestión de los ahorros, las compañías financieras como el Grupo IEB pasan a ser socios estratégicos.

11 de mayo de 2025 - 20:01

Durante décadas, la idea de resguardar valor en la Argentina se resumía en dos palabras: ladrillo y dólar. Comprar una propiedad, aunque fuera con renta negativa, y dormir sobre metros cuadrados vacíos. Ahorrar en billetes, aunque perdieran contra la inflación global. El trauma económico del país instaló ese reflejo conservador: el de la inversión sin estrategia, el resguardo sin rendimiento, la seguridad que no crece.

Pero algo está cambiando. La irrupción de plataformas tecnológicas, nuevas regulaciones y la profesionalización del mercado de capitales local están dando lugar a un modelo que, sin abandonar la prudencia, empieza a valorar la inteligencia. Invertir ya no es solo “guardar para no perder”, sino también construir para ganar.

En ese contexto, Grupo IEB —un holding financiero argentino con operación local e internacional— es un caso testigo. Con presencia en BYMA, ROFEX, MAV, Matba y acceso a mercados como NYSE y Nasdaq, representa una nueva forma de pensar la inversión: con análisis, diversificación, tecnología y estructura.

De la propiedad como dogma, a la cartera como estrategia

Invertir en inmuebles sigue siendo una opción válida, pero ya no debería ser la única. Hoy, un pequeño inversor argentino puede acceder a fondos comunes, bonos corporativos, CEDEARs, activos internacionales sin comisiones o incluso fondos estructurados según perfil de riesgo y objetivos. Todo eso, con herramientas y respaldo que hasta hace pocos años eran exclusivos de grandes carteras.

Grupo IEB administra actualmente más de $200.000 millones en activos, distribuidos en catorce fondos abiertos y un fondo cerrado inmobiliario, con calificación crediticia trimestral, participación activa del inversor y gestión profesional desde su comité de inversiones. Además, ofrece la posibilidad de crear fondos dedicados a medida, lo que le permite adaptarse con precisión a distintos tipos de clientes, incluyendo institucionales y patrimonios individuales.

Grupo IEB en números

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Tecnología, liquidez y visión global

La adquisición de Gallo Digital Finance Solutions y el desarrollo de su propia plataforma, IEB+, le permiten ofrecer experiencias personalizadas a través de su app, integrando identidad de marca para socios comerciales. A esto se suma su presencia internacional a través de oficinas en Uruguay y alianzas estratégicas con Pershing (BNY Mellon) y StoneX Group, dos de los mayores proveedores globales de infraestructura financiera.

También lanzaron el primer fondo cerrado inmobiliario del mercado argentino, anclado en el proyecto Puerto Nizuc. Se trata de un desarrollo de escala, con viviendas unifamiliares y multifamiliares, 6.400 m² de oficinas, un área deportiva de 15 hectáreas y un circuito comercial junto a una laguna de 22.000 m². Con una inversión estimada en 200 millones de dólares, redefine lo que puede ser un fondo de real estate moderno en Argentina.

De la seguridad percibida al rendimiento medible

Apostar por departamentos sin renta o cocheras de baja rotación ya no garantiza nada. La “seguridad” inmobiliaria tradicional es muchas veces una ilusión cara. Hoy, el verdadero valor está en el análisis, la diversificación y la calidad de gestión. Y también en la liquidez: un fondo se puede desarmar parcial o totalmente en función de las condiciones del mercado o de las necesidades del inversor. Un inmueble no.

IEB lo entendió desde el principio. Su crecimiento no se basó solo en volumen, sino en estructura, confianza y profesionalización. Con más de 1.000 empresas asistidas, 90 colocaciones y más de 300 agentes productores trabajando con ellos, es uno de los protagonistas más activos del nuevo ecosistema financiero argentino.

Pensar los ahorros en tiempo presente

En Pergamino, este tipo de opciones comienza a ser también parte de las estrategias de inversión. Hemos abandonado, de alguna manera, la filosofía del “amarroque”. El contexto, la tecnología y las posibilidades del sistema actual nos empujan a cambiar la lógica del ahorro por una lógica de diseño patrimonial. Ya no se trata de esconder los ahorros debajo del colchón o meterlos en ladrillos sin renta. Se trata de pensar, con cabeza fría y herramientas nuevas, cómo hacemos para hacer valer nuestros ahorros. Y hacerlo ahora.

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