lunes 25 de agosto de 2025

José Héctor Conti: la pasión por la electrónica transformada en oficio

Desde hace casi cinco décadas su negocio “Radio Service” es sinónimo de soluciones integrales para el funcionamiento de los equipos de audio. Aunque su fuerte son los automotores, la reparación de equipos de uso doméstico conforman el universo de su trabajo de todos los días.

24 de agosto de 2025 - 07:18

José Héctor Conti, “El Gringo” nació en Pergamino en 1949. Con 76 años, el relato de su historia de vida tiene a su trabajo como protagonista, ya que siendo muy joven descubrió que su pasión era la electrónica y recorrió un camino de aprendizaje que le permitió hacerse de su oficio y ejercerlo desde hace cincuenta años con dedicación y compromiso.

En un alto de la tarea en su negocio “Radio Service”, ubicado en calle Mar del Plata, recibe a LA OPINION y traza su Perfil Pergaminense, en una charla distendida que solo encuentra una pausa con la llegada de algún cliente. Cuenta que creció en Urquiza, en una quinta distante del pueblo.

“Mis padres eran italianos, habían llegado y se establecieron en esta zona como tantos inmigrantes, crecí en una familia numerosa porque somos siete hermanos y mis recuerdos en Urquiza tienen que ver con el campo y la apacible vida del pueblo”, relata. Y habla con orgullo de sus papás: José y Carmen. “Ellos eran quinteros, trabajaban mucho y siempre estaban ocupados en brindarnos lo mejor”.

Al evocar su infancia también habla de la Escuela Primaria N°15. “La quinta estaba a un kilómetro del pueblo, así que a la escuela íbamos y veníamos caminando porque mis padres nunca tuvieron auto”, señala, conservando lindos recuerdos de esa niñez.

Viviendo en Urquiza, con su cuñado abrió un negocio dedicado a la electricidad “Vendíamos material eléctrico”, cuenta señalando que esa fue su primera experiencia laboral y de alguna manera la actividad que le marcó el camino de su oficio. “En 1971 pusimos el negocio en Pergamino, en avenida Yrigoyen, y yo me empecé a dedicar a la electrónica”, señala.

Su camino propio

En 1976 se mudó a la ciudad y se estableció en el barrio José Hernández. “Actualmente vivo en el barrio 25 de Mayo, pero cuando me vine de Urquiza, vivía en Hernández”: “En el año 1976 separamos la sociedad con mi cuñado, él siguió dedicándose a la electricidad y yo abrí mi propio negocio, que es este en el que estamos, dedicado a la electrónica, especialmente la parte de radio que era lo que me fascinaba”, agrega.

Un saber hacer

Asegura que nunca tuvo dudas de que su pasión era la electrónica. “Yo empecé a dedicarme y buscando nutrirme de los conocimientos que necesitaba comencé a realizar cursos, algunos viajando para tomar las clases y otros por correspondencia, como se utilizaba en aquella época”, abunda.

“Fui un poco autodidacta porque siempre me gustó”, resalta y cuenta que desde que abrió las puertas de su comercio su vida estuvo dedicada a la reparación de auto radios y equipos de sonido. Reconoce que es un oficio que ha cambiado mucho con los años y con la irrupción de la tecnología. Ha sabido adaptarse a esas transformaciones sin perder su arte, que es la reparación manual de piezas que resultan sumamente valiosas para sus clientes y para él mismo.

“Lo que uno siempre estudió en electrónica, fue quedando viejo. Hoy todo viene digitalizado, pero he intentado actualizarme y creo que lo he conseguido”, señala, mostrando en su taller equipos que le acercan para reparar que son sumamente modernos y dotados de una tecnología muy diferente a las radios de automotor que reparaba hace apenas algunos años.

Su saber es lo que lo acompaña en su hacer de todos los días y ese conocimiento y su intuición le permiten hallar la solución a cada dificultad que le plantea cada elemento que le llega para reparar. Dueño de una personalidad aguerrida y de una disposición al trabajo, encuentra el modo de seguir dotándose de los conocimientos necesarios para que su oficio no pierda vigencia.

De la mano de ello, hay una clientela fiel con la que ha establecido a lo largo de los años un vínculo de confianza. “Hay mucha gente que sigue prefiriendo las radios de antes o los minicomponentes donde se podían escuchar casettes o cd y los trae para que los repare”, cuenta y señala muchos de esos equipos, presentes en su taller.

“También me traen radios de autos del año 70, stereos a casettes, radios viejas, la ‘Noblex’ alcalina y otros equipos antiguos. A muchas personas les gusta escuchar música en los aparatos de antes y me los traen para que los repare. También me traen parlantes y piezas de los aparatos más modernos. Es muy variado lo que llega al negocio, donde además me dedico a la venta de equipos de audio para el automotor, parlantes y antenas”.

“Además quienes restauran autos antiguos me traen las radios para reparar”, añade. A la par de ello, menciona que además “hago colocaciones de equipos, y hago codificaciones, una tarea que es bastante requerida”.

“Digamos que a pesar de los cambios que han sido muy significativos en este trabajo, desde siempre he tenido el privilegio de poder vivir de mi actividad, y me ha alcanzado para vivir. Eso no tiene precio”, recalca.

Parte de su vida

Asegura que el negocio es “parte indispensable” de su vida. “Ya voy para los 50 años en este negocio y en este lugar. Hoy como me gusta dormir un poco más, atiendo menos horas, tres a la mañana y tres a la tarde, pero es suficiente”, expresa mirando con satisfacción el camino recorrido.

“Sinceramente me he dedicado a lo que siempre quise hacer. De chico me gustaba escuchar radio, me interesaba saber cómo funcionaba. Y cuando se rompía la radio a batería de mis viejos, ahí estaba yo tratando de arreglarla, así empecé e hice de este oficio, mi vida”.

Su familia

En el año 1976 José se casó con Mónica Mata. “Nos conocimos en un baile, en esa época era muy habitual ir a los bailes de campo, casi no íbamos a las confiterías. Nos pusimos de novios y seis años después, nos casamos”, refiere. Tienen tres hijas: Evelina, Romina y Jaquelina. Y cuatro nietos: Gregorio, Mía, Fran y Helena.

“Mi esposa trabajó en la confección y tuvo su propia empresa durante varios años. Hemos sido dos trabajadores siempre”, resalta. Asegura que ha podido disfrutar siempre de sus hijas y nietos. “Realmente tengo una linda familia. Con mi esposa el 21 de febrero de 2026 vamos a cumplir nuestras Bodas de Oro”, señala este hombre que encuentra en su núcleo familiar su refugio y su centro.

Cuando no está trabajando le gusta pasar tiempo en su casa. “Disfruto de ocuparme del jardín y de una pequeña huerta que tenemos”, menciona. También le gusta “salir de vacaciones”. “Hemos viajado bastante por el país”, agrega.

El deporte, otro capítulo

Por fuera de lo laboral, en su juventud jugó al fútbol y más tarde, incursionó en el paddle, en la época dorada de ese deporte. “Llegué a salir varias veces campeón en la categoría veteranos”, resalta. “Siempre me gustó el deporte. De chico jugué al fútbol en Compañía y también para la primera de Urquiza, en torneos que se jugaban entre pueblos. Después apareció el paddle y dejé el futbol, y allí también anduve por todas las canchas que había”.

Asegura que su recorrido deportivo le dejó relaciones valiosas y amistades que conserva. “Soy un hombre de muchos amigos, pero hoy no tengo peñas ni una vida social demasiado activa por fuera de mi núcleo familiar”, sostiene.

Un hombre agradecido

Afirma con convicción que jamás soñó dedicarse a algo diferente a lo que hizo. En todas las dimensiones de la vida se siente agradecido. “Otra ilusión no tuve”, admite y lejos de parecer conformista, esa apreciación lo define en su esencia de ser “un tipo agradecido”.

“La vida me ha tratado bien, hice lo que me gustó y mi familia me ha dado muchas satisfacciones”, destaca. Y en el futuro, el horizonte le muestra un porvenir en el que anhela “poder seguir trabajando”.

“Sinceramente no me imagino en mi casa, haciendo nada. Me gusta estar en actividad. El negocio de alguna manera ordena mi rutina diaria y me da mucho placer hacer las cosas que hago, así que mientras tenga salud, aspiro a seguir trabajando”, comenta, sobre el final. Y vuelve sobre su oficio y los desafíos que le plantean los cambios que suceden en el universo tecnológico. “No me asustan, por el contrario, me convocan a seguir aprendiendo y haciendo. Hoy hay mucho para reparar, y si bien es cierto que en lo digital hay cosas que me superan, pongo en juego la intuición, las mañas que dan los años de experiencia, y trato de solucionarle el problema a mis clientes”.

“De alguna manera en este oficio pasan cosas parecidas a las que viven los viejos mecánicos. Pero nos reconvertimos y seguimos vigentes”, afirma, agradecido a la vida y a su oficio, por tanto.

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Embed - Diario LA OPINION on Instagram: "Desde hace casi 50 años, José Héctor “El Gringo” Conti mantiene vivo su oficio y su pasión por la electrónica. En su negocio Radio Service, se convirtió en referente de la reparación de radios, equipos de sonido y autorradios, ganándose la confianza de generaciones de clientes. Con 76 años, su historia es testimonio de cómo un saber hacer puede reinventarse y seguir vigente frente a los cambios tecnológicos. “Siempre hice lo que me gustó y de eso pude vivir”, dice con orgullo. Entre soldadores, parlantes y viejas radios que aún laten, “El Gringo” sigue encontrando en su taller no solo un trabajo, sino también el pulso de una vida entera dedicada a lo que ama. Familia, amigos, deporte y la gratitud de quien supo disfrutar cada etapa, completan el retrato de un pergaminense que hizo de su oficio, su vida. ¿Querés que también te arme una versión más breve y directa (tipo caption con emojis) para usar como texto acompañando fotos en el posteo? Lee la nota completa en www.laopinionline.ar"

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