domingo 28 de diciembre de 2025

Segundo escalón: cuando empezás a admirar lo que creaste

El segundo escalón de emprender es admirar lo que creaste: creer en tu propuesta, afinar tu valor y salir al mundo con confianza.

27 de diciembre de 2025 - 13:05

Segundo escalón: cuando empezás a admirar lo que creaste

Si llegaste hasta acá, hay algo que ya hiciste bien: diste el salto.

Superaste el temor inicial, dejaste de pensar tanto y empezaste a hacer. Tal vez todavía con dudas, con imperfecciones, con miedo… pero hiciste. Y eso, en el mundo emprendedor, ya te pone un escalón más arriba.

Hoy quiero hablarte del segundo escalón del emprender.

Un escalón poderoso, delicado y muchas veces subestimado: la admiración.

La admiración no es ego.

No es soberbia.

No es creerte más que nadie.

La admiración es enamorarte de lo que estás construyendo.

Es ese momento en el que mirás tu producto o servicio y pensás:

“Esto tiene algo.”

“Acá hay valor.”

“Esto puede ayudar a alguien.”

Muchos emprendedores se quedan atrapados en la inseguridad incluso después de lanzar. Venden pidiendo perdón, explican de más, dudan del precio, minimizan su propuesta. Y el mercado percibe eso. Siempre.

Porque nadie paga con entusiasmo por algo que su propio creador no admira.

En este segundo escalón, el trabajo es interno y externo a la vez.

Tenés que mirar tu emprendimiento con atención, casi como si no fuera tuyo.

Estudiarlo. Entenderlo. Mejorarlo. Ajustarlo.

Preguntarte:

—¿Qué problema real resuelve?

—¿Por qué alguien debería elegirlo?

—¿Qué lo hace distinto?

Ahí empieza a tomar forma tu propuesta de valor.

No como un concepto de marketing, sino como una convicción personal.

Porque recién cuando vos creés profundamente en lo que ofrecés, los demás empiezan a pagar por eso.

Antes no.

La admiración se construye trabajando.

Probando.

Escuchando.

Corrigiendo.

Volviendo a intentar.

Es un vínculo que se fortalece con el tiempo, como cualquier relación valiosa.

Y ojo con esto: si no te enamorás de tu producto o servicio, alguien más tampoco lo va a hacer por vos.

Este segundo escalón es clave porque define cómo vas a salir al mundo.

Desde la duda… o desde la confianza.

Desde el miedo a molestar… o desde el orgullo de aportar valor.

Pero como toda escalera, quedarse demasiado tiempo en un escalón también es peligroso.

Porque después de la admiración viene otro desafío:

mostrar, vender, exponerte, escuchar el “no”.

Ese es el próximo nivel.

Y no es cómodo.

Pero es necesario.

De eso hablamos en la próxima columna.

Nos seguimos encontrando cada quince días,

subiendo de a un escalón a la vez.

Carla

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