En medio de una situación humanitaria crítica, el pueblo de Annobón se declara independiente de Guinea Ecuatorial y pide apoyo internacional. Su “primer ministro” en el exilio, Orlando Cartagena Lagar, señala una conexión histórica con Argentina y no descarta una alianza como Estado asociado.
En lo profundo del océano Atlántico, a más de 6000 kilómetros de Buenos Aires, se ubica Annobón, una isla africana de apenas 17 km² que hoy reclama con urgencia ser escuchada por el mundo. Su historia es poco conocida en América Latina, pero su presente es alarmante. Violaciones sistemáticas de derechos humanos, asedio militar, miseria extrema y una diáspora masiva describen el cuadro que atraviesan sus habitantes.
Una denuncia dramática desde el exilio
Orlando Cartagena Lagar, autoproclamado “primer ministro” del gobierno en el exilio de Annobón, denunció esta semana en medios argentinos como Radio Mitre y Radio Rivadavia que la dictadura de Teodoro Obiang Nguema, presidente vitalicio de Guinea Ecuatorial, está perpetrando un “exterminio silencioso” contra la población annobonesa.
“Estamos soportando un asedio militar. No hay agua, ni luz, ni escuelas. Hay abusos sexuales contra niñas y un intento sistemático de destrucción cultural. Es un terrorismo y genocidio absoluto contra nuestro pueblo”, expresó.
Según datos oficiales, la población actual sería de apenas 2.000 personas, tras el exilio masivo de más de 20.000 habitantes forzados a abandonar la isla por el hambre, la persecución y la falta de servicios básicos.
¿Por qué Argentina?
Lo que parecería una petición extraña cobra sentido si se recorre el lazo histórico. En 1778, España incorporó Annobón a su imperio a través del Tratado de El Pardo, el mismo contexto en que se creó el Virreinato del Río de la Plata. Desde entonces, y aunque sin vínculo directo, la isla quedó ligada simbólicamente a la historia colonial de lo que hoy es Argentina. Allí se habla español y Fa d’Ambo, una lengua criolla, y se conserva una identidad cultural influenciada por siglos de presencia hispana.
“Buscamos el apoyo de países con los que compartimos una raíz. En Argentina nos escucharon, tenemos un asesor argentino, hemos sido recibidos en el Congreso y no descartamos plantear un modelo de Estado asociado. Queremos ser libres, no anexados, pero sí acompañados por un país hermano”, señaló Cartagena Lagar.
La represión del régimen y la respuesta internacional
El 8 de julio de 2022, una asamblea del movimiento Ambô Legadu, convocada por líderes en el exilio, declaró de manera unilateral la independencia de Annobón. Hasta hoy, ningún Estado reconoció formalmente ese acto. Sin embargo, en 2024 el territorio fue aceptado en la UNPO (Organización de Naciones y Pueblos No Representados), un organismo respaldado por la ONU.
En julio de 2024, una ola de protestas en la isla por el uso abusivo de recursos naturales fue brutalmente reprimida. Según la ONU y Amnistía Internacional, hubo al menos 20 detenidos, cortes prolongados de internet, y desplazamiento militar forzado hacia la región, todos hechos que derivaron en la renuncia del gobierno parlamentario de Guinea Ecuatorial.
La etnia annobonesa, minoritaria frente al grupo fang que domina el poder político en Guinea Ecuatorial, ha sido víctima de sistemáticas prácticas de invisibilización y violencia institucional. En palabras de Cartagena, se trata de una “campaña de exterminio cultural”.
¿Un nuevo Estado en África con apoyo argentino?
El planteo de Cartagena es inédito: propone que Annobón sea reconocida como Estado independiente y que Argentina actúe como garante del proceso. Incluso deslizó la posibilidad de transformarse en “un estado asociado” de nuestro país, idea que generó asombro y curiosidad en medios internacionales.
Sin embargo, su prioridad sigue siendo la denuncia internacional. “Nos quieren borrar del mapa. Solo pedimos ayuda humanitaria, libertad y dignidad”, afirmó.
Una perla olvidada del Atlántico
Annobón es un paraíso geográfico: un terreno volcánico fértil, con clima tropical, ríos de agua potable y acceso pesquero privilegiado en el golfo de Guinea. Fue base esclavista en la época colonial, y hoy vive atrapada entre el abandono, el olvido y la represión.
La capital es San Antonio de Palé y la vida diaria transcurre entre cultivos de café y tabaco, pesca artesanal y la lucha por sobrevivir. El país que la controla, Guinea Ecuatorial, es señalado entre los más autoritarios del mundo, con un presidente que gobierna desde 1979 y múltiples denuncias por corrupción y violaciones a los derechos humanos.