La empresa que nació en Buenos Aires y que en 2024 Trip Advisor nombró “Mejor Food Tour del mundo”, sigue expandiéndose: ahora conecta a los viajeros con la cultura culinaria de Londres, Ciudad de México y Ámsterdam.
Sherpa Food Tours, un emprendimiento fundado en 2019 por Guillermo Borthwick y Alex Pels que arrancó en Buenos Aires y ya funciona en Londres, Ámsterdam y Ciudad de México.
I Profesional. Desde Buenos Aires hasta Londres, los anfitriones comparten cultura, comida y anécdotas.
I Profesional.Sherpa Food, un tour gastronómico que transformó la forma de vivir las ciudades a través de sus sabores y sigue ensanchando sus fronteras en el mundo. Primero sentó bases en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Londres, después la empresa desembarcó en dos capitales gastronómicas vibrantes: Ciudad de México y Ámsterdam.
Su recorrido insignia en Buenos Aires lleva de la mano a los viajeros a explorar los barrios emblemáticos de la ciudad, donde pueden sumergirse en la gastronomía porteña, descubriendo platos tradicionales y conociendo de cerca a los emprendedores gastronómicos que dan vida a cada bocado.
El concepto detrás de esta propuesta es que los viajeros disfruten de un food tour recorriendo los sabores icónicos y la riqueza cultural de cada destino, desde los mercados mexicanos hasta los hilights gastronómicos neerlandeses.
Además de sus circuitos clásicos, Sherpa Food Tours ofrece experiencias personalizadas, adaptadas a los intereses y gustos de cada viajero.
Sherpa Food Tours apunta a ofrecer experiencias que permitan a los viajeros conocer las raíces y las historias detrás de cada plato.
Los recorridos se realizan caminando, tienen una duración aproximada de tres horas y media y no se cancelan por lluvia. Cada tour combina paradas gastronómicas con puntos emblemáticos elegidos por su valor cultural, histórico o artístico.
El perfil del público que los contrata son mayormente turistas extranjeros de entre 20 y 80 años, provenientes principalmente de Estados Unidos y Brasil.
Este emprendimiento no solo ofrece una experiencia gastronómica, sino también un puente para conectar turistas con culturas, locales e historias. No es solo un paseo con buena comida, es una invitación a mirar la ciudad con otros ojos, entre bocados, charlas y pasos compartidos. Porque, finalmente, conocer una ciudad también es sentarse a su mesa.
Fuente: I Profesional.