lunes 04 de agosto de 2025

El "riesgo kuka" y la falacia del kirchnerismo: ¿puede Cristina mover la economía por WhatsApp?

El Gobierno culpa al kirchnerismo por la suba del dólar, pero CFK no está en carrera y ya no lidera peronismo. ¿la amenaza existe?

2 de agosto de 2025 - 09:10

Mientras el Gobierno nacional insiste en instalar al kirchnerismo como la gran amenaza electoral, la realidad política y económica de Argentina muestra un panorama más complejo. ¿Hasta dónde llega la estrategia de polarización?; ¿es la única estrategia?

Una vez más, la política argentina se enfrenta a un déjà vu discursivo: el regreso del fantasma kirchnerista como estrategia central de campaña (cosa que no funcionó en el pasado). En esta reedición narrativa, el presidente Javier Milei —o, mejor dicho, su aparato de comunicación— vuelve a ubicar al kirchnerismo como el antagonista por excelencia. Nada nuevo bajo el sol: lo hizo Macri y ahora lo retoma La Libertad Avanza como ancla emocional para movilizar a sus votantes.

Pero a diferencia de elecciones anteriores, la construcción de esta amenaza tiene un problema evidente: el kirchnerismo hoy ni lidera el peronismo, ni participa activamente del escenario nacional con figuras competitivas. Cristina Fernández de Kirchner —presa y ausente de las listas— no parece estar en condiciones de manejar la estrategia política desde su departamento por WhatsApp, aunque algunos discursos así lo sugieran.

La reconfiguración del peronismo

La reconfiguración del peronismo en la provincia de Buenos Aires evidenció con claridad los límites del kirchnerismo dentro del espacio: un tercio, a lo sumo. El resto se reparte entre Axel Kicillof, que articula con gobernadores y sectores gremiales, y Sergio Massa, que mantiene peso territorial y algunos vínculos con el peronismo federal. El kirchnerismo, entonces, ya no puede ser presentado seriamente como el todo, sino apenas como una parte de un frente más amplio, en plena transición.

La nueva polarización que no fue

Mientras tanto, cinco gobernadores del interior productivo —Ignacio Torres, Carlos Sadir, Claudio Vidal, Martín Llaryora y Maximiliano Pullaro— se rebelaron contra Milei y avanzan en la construcción de un nuevo polo federal, fuera tanto del kirchnerismo como del oficialismo libertario. Su propuesta apunta a representar al interior que produce, alejándose de las lógicas binaristas que dominaron la escena nacional en los últimos 15 años.

La disputa, entonces, ya no es entre “el pasado corrupto” y “el futuro libertario”, como simplifican algunos spots, sino entre distintos modelos de país, con la producción como eje estructurante.

¿Cristina controla el dólar?

En este contexto, resulta llamativo —y a la vez previsible— que el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, haya apelado esta semana al término “riesgo kuka” para explicar la suba del dólar. Según esa lógica, el kirchnerismo tendría aún el poder de condicionar la economía nacional desde el llano, sin cargos, sin candidatos y sin poder de fuego electoral. ¿Una amenaza invisible que mueve los mercados?

La subestimación de la ciudadanía es evidente: presentar el riesgo país o la corrida cambiaria como un producto exclusivo de los miedos al regreso de Cristina, en lugar de asumir la falta de reservas y las advertencias del FMI, parece más una maniobra de comunicación que un análisis económico real.

El 26 de octubre: ¿el juicio al relato?

El próximo 26 de octubre, los argentinos volverán a votar, esta vez en elecciones nacionales para diputados y senadores. Será el primer gran test para esta narrativa gubernamental: ¿sigue funcionando el “anti-kirchnerismo” como cemento electoral o el electorado exigirá respuestas más sofisticadas?

Lo cierto es que el Fondo Monetario Internacional ya alertó por la fragilidad de las reservas, las tasas de interés se dispararon para contener la presión sobre el dólar. Pero claro, la culpa sigue siendo de Cristina.

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