miércoles 16 de julio de 2025

Miguel Pujol: un hombre del rally a quien su pasión lo llevó por el camino de los sueños

Es empleado judicial y periodista en el seno del equipo de Autodeportes. Vive con el entusiasmo del primer día cada transmisión. Es parte de Agroactiva. En lo personal, su familia es imprescindible y ansía el tiempo que le regalará la jubilación para disfrutar más.

29 de junio de 2025 - 07:18

Miguel Angel Pujol nació en Buenos Aires hace 63 años, pero ya en su primera infancia su familia se mudó a Pergamino. Sus padres fueron Manuel y Juana. “El catalán y comerciante y ella oriunda de Tucumán y ama de casa”, cuenta en el comienzo de la charla y menciona a su hermano Carlos, tres años menor.

“Al llegar a Pergamino nos establecimos en el barrio Villa Progreso, en calle Santiago del Estero, donde viví hasta que me casé y me mudé al centro”, señala. Fue a la Escuela N° 62: “Era la escuela del barrio, y de las mejores de la ciudad”.

Allí, y en el barrio estrechó lazos afectivos que conserva hasta hoy. “Con mis amigos del colegio nos seguimos viendo, y con algunos hemos compartido la práctica deportiva de más grandes”.

“En mi época la infancia transcurría en la escuela, en casa y en el club, donde practicaba deporte. Jugué al fútbol en el Club Compañía y después me dediqué al rugby en Pingüinos, donde llegué hasta la segunda división”, refiere relatando ricas anécdotas de ese tiempo. “Fui al Comercial, después dejé y retomé en el turno nocturno, donde me recibí con el título de perito mercantil en la época en que la educación secundaria era una verdadera llave para acceder al mundo del trabajo y progresar”.

Su historia laboral se escribió de la mano de distintas actividades. “Durante muchos años trabajé por mi cuenta haciendo lo que hacía mi papá como comerciante del rubro de artículos de limpieza. Más tarde, fui empleado, viví un tiempo en Tucumán y al regresar ingresé a la clásica librería de Pergamino, Ferrer, que funcionaba al lado del Banco Nación. Allá por el año 1983 entré a trabajar en Casa Mujica, en un momento que había pocas casas de venta de electrodomésticos era súper personalizada”.

El Poder Judicial

En el año 1993 su ingreso al Poder Judicial habilitó un nuevo capítulo de su vida. “Tenía interés de estudiar la carrera de agente de propaganda médica en Luján, pero el trabajar y tener que viajar, complicaba un poco las cosas, así que desistí. Y cuando se abrieron los cursos para rendir el examen de ingreso, lo tomé como una oportunidad de formarme. Realicé el curso, rendí con muy buena calificación y cuando surgió la vacante del puesto de ordenanza en el Juzgado Civil y Comercial N° 1 me convocaran. Comencé a trabajar allí en esa tarea y luego, ascendí y seguí la carrera judicial hasta el cargo que tengo actualmente que es el de jefe de despacho, que es el máximo al que se puede aspirar sin ser abogado”.

Asegura que siempre le gustó su trabajo y fue dedicado en el cumplimiento de sus responsabilidades. “Reconozco que antes era distinto, había más trato con los abogados y aunque el caudal de trabajo era muy importante, el trato era muy personalizado. Después todo fue cambiando, y actualmente muchos procesos de informatizaron y lo que antes requería de la atención presencial hoy se resuelve a través con una llamada o un correo electrónico”, describe.

Su pasión

Desde siempre su verdadera pasión fue el rally y de la mano de ese hobby apareció la comunicación como actividad complementaria a su trabajo. Desde hace muchos años es integrante del equipo de Autodeportes de LT 35 Radio Mon. “Hoy estoy en la transmisión del Rally Mar y Sierra y también en el Rally Federal y el Campeonato Regional de Rally”, comenta.

“Si bien empecé con el karting con un amigo, mi atracción fue el rally. Me acerque al equipo de Auto Deportes llevando resultados cuando se corría en otras ciudades y me invitaron para participar de la cobertura de carreras zonales. Esos fueron mis comienzos en el mundo del periodismo”, refiere.

“Desde el año 1999 hasta 2005 hice las coberturas del Rally Argentino. En un año llegué a hacerle casi 50 mil kilómetros al auto”, menciona recreando infinitas anécdotas y se muestra agradecido de haber podido conjugar pasión y trabajo en una actividad que le ha supuesto muchos sacrificios, pero también le ha dado y le da, múltiples satisfacciones.

“La transmisión de un rally genera una adrenalina indescriptible. Es algo hermoso”, señala. Y abunda: “En cada transmisión trato de contar de la mejor manera posible lo que estoy vivenciando en ese momento. Es algo muy distinto a la transmisión de una carrera que uno puede seguir desde un circuito. En el rally se trabaja con alguien que está en la largada y con otra persona que está en la llegada, y así se intenta contar del modo más honesto posible una experiencia deportiva sujeta a muchas variables”.

En tantos años de coberturas cosechó innumerable cantidad de conocidos y cultivó amistades. Las puertas están siempre abiertas en cada lugar al que llega porque ha sabido retribuir la hospitalidad que le brindan en cada viaje con una actitud colaborativa hacia sus pares.

“Viajamos cinco o seis personas de esta zona y tenemos por lo menos dos en el destino al que vamos. Esos viajes son hermosos, ya cuando salimos empezamos a planificar lo que vamos a hacer, recreamos anécdotas, recordamos y cuando nos reunimos a cenar, seguimos hablando de rally, somos monotemáticos, pero es lo que nos gusta”, admite.

De la mano de este hobby ha tenido la posibilidad de conocer y entrevistar a destacados referentes del rally. Le pone nombre propio a esas personas y agradece. Con humildad, sabe que con el paso de los años, se ha ganado un lugar en el ambiente. También es consciente de que su perseverancia y su pasión al transmitir lo que representa esa disciplina sembró una semilla que hoy rinde sus frutos. “Recuerdo cuando le insistía a Roberto Ostoich, que es el dueño del equipo de Auto Deportes que transmitiéramos rally”, acota.

“Hace muchísimos años hicimos la cobertura de un gran premio que unió Rojas con Pergamino, yo estaba en la organización de esa competencia y no fui parte de la transmisión”, recuerda y valora el hecho de que hoy las coberturas estén integradas a la agenda deportiva de manera sistemática. “De alguna manera sembré una semilla que abrió un camino y me siento alagado por eso”.

Un hombre de Agroactiva

En paralelo a la actividad laboral y a la tarea periodística, Miguel es parte del equipo de Agroactiva desde hace tiempo. “Llevo muchos años vinculado a la muestra. Comencé en 1998 trabajando para OSE en las boleterías de Expochacra, seguí varios años y allá por 2010 pasé a estar en el pórtico de ingreso como encargado de las personas que reciben las entradas y acompañando a expositores en la resolución de sus distintas necesidades durante la muestra. Hoy sigo en el pórtico principal de Agroactiva, así que una vez al año esa tarea me convoca en los días de la muestra”, agrega y fruto de esa permanencia su relato se nutre también de ricas anécdotas.

Su familia, el pilar

En el año 1985 Miguel se casó con Mónica Pomar a quien conoció en Fedra. “Ella en realidad conocía a mi papá porque coincidían jugando a las cartas en el Centro Catalán. Después coincidimos en Fedra, bailamos por primera vez un primero de año y ese comienzo de año ya lleva cuarenta de casados”, relata, afirmando que han compartido buena parte de la vida juntos.

“Tenemos dos hijos: Matías (38), que vive en Rosario y está en pareja con Luisina Flores. Ellos tienen a Alfonsina, nuestra primera nieta. Y Martín (32) que vive en Pergamino y es licenciado en Seguridad e Higiene”.

Reconoce que su familia es su pilar fundamental. Y se emociona al hablar de su nieta. “Los nietos llegan para cambiar el modo de mirar la vida. Alfonsina es una beba hermosa, una delicia. Son una cosa hermosa los nietos”, reflexiona hablando de un amor que se vivencia de manera diferente al de los hijos. “La nieta nos agarró siendo grandes, mirando desde otra perspectiva, todo es disfrutarla”.

Su universo afectivo se completa de grandes y buenos amigos. “Tengo amigos de toda la vida, también parejas con las que compartimos vacaciones y momentos. La amistad es muy importante en mi vida”, resalta.

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Embed - Diario LA OPINION on Instagram: " Miguel Ángel Pujol, pasión, oficio y familia Tiene 63 años, es empleado judicial, periodista en Autodeportes y un apasionado del rally. Desde hace décadas transmite competencias para LT35 Radio Mon, con la misma adrenalina del primer día. Vive cada carrera como una experiencia única y sabe contarla con honestidad. También es parte del equipo de Agroactiva, donde cada año trabaja en el ingreso principal. En lo laboral, llegó al cargo de jefe de despacho en el Juzgado Civil N°1. Padre de dos hijos, casado hace 40 años con Mónica y feliz abuelo de Alfonsina. “Soy un muchacho simple que hizo lo que pudo, como pudo, y no se arrepiente de nada”. En el horizonte: la jubilación, los viajes, la radio y más tiempo con los suyos. Nota completa en @laopinionline -Link en bio- #HistoriasQueInspiran #Pergamino #Autodeportes #Rally #LT35 #Agroactiva #MiguelPujol #PeriodismoDeportivo #VidaYPasión"

En el umbral de una nueva etapa

Cuando mira hacia atrás y la entrevista lo convoca a hablar de lo que ve al observar el camino recorrido, la reflexión lo lleva por el sendero de la gratitud. Afirma que ha tenido una buena vida, y se siente honrado por los vínculos que ha cultivado. “Cuando era chico estaba un poco en Pergamino, un poco en Buenos Aires y después pasé unos años en Tucumán, la tierra en la que habían vivido mis padres y donde tengo familia”.

“Antes fantaseaba con la idea de regresar a Buenos Aires el día que me casara, pero el destino me tenía reservado otros planes y me quedé en Pergamino, un lugar en el que me gusta vivir”, sostiene, en la convicción de haber tenido una vida sin grandes sobresaltos. “No tuve una vida dura, hice siempre lo que consideré que estaba bien y no tengo más asignaturas pendientes que la de haber estudiado Ciencias Económicas”.

En el horizonte aparece el deseo de dejar atrás las obligaciones laborales de la rutina diaria para abrirle paso al disfrute sin horarios. “Deseo jubilarme, la llegada de la nieta que hoy tiene un año y medio, precipitó ese deseo y lo consolidó. Además, el hermano de mi mujer vive en España y quiero tener la libertad de poder viajar sin el apremio de tener que regresar para cumplir con los compromisos que supone el trabajo”, confiesa y su mente, siempre activa, se dispone imaginariamente a cruzar ese umbral que en poco tiempo más le propondrá la jubilación. “Me imagino viajando, disfrutando mucho de mi gente, transmitiendo, yendo a Agroactiva y haciendo aquellas cosas que uno va postergando por las obligaciones”.

Para Miguel la vida es eso, abrirse camino, andar sin perder la esencia de la que habla cuando, sobre el final, llega en la conversación el tiempo de definirse: “Soy un muchacho simple, que hizo lo que pudo, como pudo y no se arrepiente de nada. Soy un muchacho que tiene la suerte de tener todo, mis hijos, mi mujer, una nieta y buenos amigos. Soy alguien a quien solo le falta el estar sin trabajar para poder disfrutar más”.

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